La agencia consideró que las reformas deben elevar el crecimiento potencial del país, además de reforzar la posición fiscal del gobierno en el mediano plazo, aunque el impacto de estas enmiendas se manifestará de manera gradual y través del tiempo.
En un comunicado, Moody’s apuntó que espera que cambios en diversos indicadores crediticios contribuirán a fortalecer aún más el perfil crediticio soberano de México. Explicó que el aumento de la calificación de México estuvo apoyado por cuatro factores específicos que están vinculados de forma estrecha con el proceso de reformas estructurales.
El primero fue la aprobación de una agenda integral de reformas que demuestra capacidad política para enfrentar problemas estructurales, el segundo a las mejoras en las perspectivas económicas de mediano plazo asociadas a un mayor crecimiento potencial. El tercer factor fue el fortalecimiento de las finanzas públicas a partir de mayores ahorros gubernamentales y la creación de reservas fiscales para enfrentar contingencias.
El cuarto se refiere al perfil crediticio soberano que ahora está alineado con el de países en la categoría A. Después de múltiples intentos fallidos a lo largo de 20 años por tres gobiernos anteriores, la reciente aprobación de un paquete de reformas puso de manifiesto voluntad y capacidad política, dando lugar a cambios que, en ciertas instancias, rebasaron las expectativas iniciales, anotó la agencia calificadora.
Manifestó que, a su juicio, lo acontecido indica que, a pesar de resistencia por parte de sectores afectados, existe suficiente consenso político para alcanzar acuerdos y lograr cambios para remover obstáculos que habían restringido su calificación soberana.
La aprobación de un paquete de reformas representa un cambio estructural cuyo impacto a través del tiempo puede llegar a ser equiparable al que en su momento tuvo el Tratado de Libre Comercio con América del Norte sobre la perspectiva crediticia del país, destacó.
De acuerdo con Moody’s, la aprobación de un paquete integral de reformas aumenta significativamente la probabilidad de que se observen mejoras sustanciales en las perspectivas económicas y fiscales de mediano plazo, además de que se llegue a impulsar el desempeño económico de corto plazo.