Monterrey, 19 Sep (Notimex).- Esta ciudad que alguna vez fue capital de Coahuila y estuvo controlada por tropas de Estados Unidos, tiene mucho que contar a sus 419 años de fundación, cuando hoy es considerada como una de las urbes más importantes en América Latina, debido a su crecimiento industrial.
De acuerdo con archivos de cronistas locales, la primera fundación de Monterrey ocurrió en el año de 1577, por el capitán Alberto del Canto; y la segunda, por el portugués Luis Carvajal y de la Cueva, en 1582.
La tercera, considerada la oficial por los historiadores, fue concretada por Diego de Montemayor en 1596, de la cual se elaboró un acta de fundación, misma que en la actualidad se encuentra desaparecida.
Fue un 20 de septiembre de 1596 que nace la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey.
El Archivo Histórico cuenta con testimonios de la fundación de esta Sultana del Norte, uno fechado en 1624 y otro en 1638, en los que se establece en 1596 como el año de su fundación.
Cuando inicia la historia regiomontana, la economía colonial estuvo basada en la minería, ganadería, agricultura y comercio.
La actividad comercial jugó un papel importante, en la que los denominados arrieros, hacia el año 1700, transportaban mercancía desde granos hasta libros a poblaciones cercanas como Saltillo y San Luis Potosí, entre otras.
Durante el arranque del siglo XIX, Monterrey comenzó a despegar como ciudad importante dentro del país, a consecuencia de los sucesos ocurridos a nivel nacional.
Entre estos hechos, destaca la Independencia de México, la guerra con los Estados Unidos, la Guerra de Reforma y la intervención francesa.
Esto obligó a que miles de habitantes del país se desplazaran a poblaciones que no estuvieran inmersos en las continuas rebeliones y encontraron refugio en esta capital industrial.
Durante el período de la anarquía, Nuevo León se constituyó como estado y se elaboró la primera Constitución, entre 1824 y 1825.
Lo anterior, junto con el cambio de frontera al finalizar la Guerra con los Estados Unidos, trajo como consecuencia beneficios económicos.
La historia destaca que en el 23 septiembre de 1846, Monterrey cayó en manos de los estadunidenses, quienes abandonaron la ciudad hasta julio de 1848.
También resalta que a mediados del siglo XIX y bajo la gubernatura de Santiago Vidaurri, se unieron Coahuila y Nuevo León (1856-1857) como un solo estado, para aprovechar sus respectivas potencialidades.
Monterrey fue designada como la capital de dicha entidad unificada, aunque posteriormente se decreta la separación de Nuevo León y Coahuila en el año de 1864.
La economía nuevoleonesa mantuvo una relación sumamente estrecha con el estado de Texas, lo que favoreció la acumulación de capital durante el Porfiriato, para despegar como ciudad industrial.
Situación que continua 419 años después, en el que los flujos de capitales de Nuevo León y Texas han impulsado la generación de cientos de empresas y miles de empleos.
Luego en el siglo XX, esta ciudad vive momentos importantes como la Revolución Mexicana, en donde destaca la aprehensión de Francisco I Madero por parte de Porfirio Díaz, en 1910.
Es durante este siglo que Monterrey comienza a consolidarse como capital industrial y de servicios, con un incremento en su población por las constantes migraciones de la zona rural del país.
Miles de familias de todos los rincones de la República Mexicana se desplazaron a esta ciudad, en donde la vertiginosa marcha industrial genera la apertura de cientos de compañías en pocos años.
Relata la historia como otro dato interesante las entrevistas entre presidentes de México y Estados Unidos, ocurridas en Monterrey durante el siglo pasado.
Menciona que la primera fue la entrevista entre los presidentes Franklin Delano Roosevelt y Manuel Ávila Camacho, ocurrida el 20 de abril de 1943.
El segundo encuentro se registró entre George Bush y Carlos Salinas de Gortari, mismo que se celebró los días 26 y 27 de noviembre de 1990.