Herman Van Rompuy dijo que Moldavia era “un país europeo y un actor crucial llamado a restaurar la paz y estabilidad en esta parte de Europa”, después de reunirse con el primer ministro Lurie Leanca. Elogió al gobierno pro europeo por sus reformas, pero dijo que el país aún tiene que combatir la corrupción, mejorar el clima empresarial que está plagado de burocracia y mejorar su sistema de justicia.
Más temprano, el presidente de Moldavia dijo que su país ejercerá su “derecho soberano” y que firmará el acuerdo a pesar de las presiones políticas y económicas externas. El presidente Nicolae Timofti no mencionó a Rusia en sus declaraciones del martes, pero Moscú se opone a que Moldavia busque un acuerdo con la UE.
Anteriormente, Rusia ha tomado medidas comerciales punitivas contra los países bálticos vecinos y Ucrania cuando esos países buscaron estrechar lazos con Occidente.
Van Rompuy señaló que la UE ayudaría a Moldavia (una de las naciones más pobres de Europa con una población de cuatro millones de habitantes que tiene frontera con Ucrania) a contrarrestar las amenazas de Rusia con medidas como ofrecer un mercado a sus vinos y encargarse de hacer frente a posibles restricciones a migrantes moldavos.
El lunes, Timofti se reunió con el secretario general adjunto de la OTAN, Alexander Vershbow, quien ofreció consolidar la seguridad en Moldavia, que no es miembro de la alianza. El martes ofreció que la OTAN podría ofrecer a Moldavia apoyo político para lidiar con la región separatista pro rusa de Transnistria, en el este del país, pero descartó una intervención militar.
Las relaciones entre Moldavia y Rusia se tensionaron nuevamente el fin de semana pasado después que el avión del viceprimer ministro ruso Dmitry Rogozin fue retenido brevemente en el aeropuerto de la capital Chisinau durante un viaje a la región.