José Valdéz, cuyo hijo nacido en Michoacán fue detenido; Naira Zapata, una inmigrante de Puebla cuyo esposo fue arrestado, y Cynthia Díaz, quien busca la liberación de su madre mexicana, dijeron que consumirán sólo líquidos hasta que el cuerpo aguante.
Presidente (Barack) Obama, deje a mi mamá libre. Ella es buena ciudadana, vino aquí a los 14 años, fue a la escuela, a la universidad, nunca tuvo ninguna multa de tráfico, ella es un modelo, señaló Cynthia, quien viajó a Washington desde su natal Arizona.
Los inmigrantes, apoyados por la Red Nacional para la Organización de Jornaleros (NDLON), celebraron una rueda de prensa en la acera frontal de la Casa Blanca e insistieron en que el presidente puede usar su facultad ejecutiva para liberar a sus familiares.
Naira Zapata, una inmigrante poblana, no pudo contener las lágrimas cuando recordó la noche de diciembre en la que fue informada que su esposo Ardany Rosales fue detenido. Ella tenía dos meses de embarazo y temía que su cónyugue nunca viera a su hija.
Esta huelga de hambre es para que Obama nos escuche, que se dé cuenta de la urgencia de por qué ellos deben ser liberados y no sólo eso, sino para que este sistema migratorio, que está roto, avance y se detenga la separación de familias, declaró a Notimex.
Naira viajó a la Casa Blanca con sus dos hijos, de tres años y ocho meses, respectivamente. Una mujer se los cuidará durante la huelga de hambre.
José Valdéz, de 55 años, participó en la huelga en demanda de la liberación de su hijo, pues teme que sea deportado a su estado natal, Michoacán.
En ningún momento me preocupa mi salud, es más importante ser escuchado y que mi hijo esté libre. Lo haré hasta que sea necesario y seamos escuchados por el presidente Obama, comentó.
Esto no es político, no somos de ningún partido político, estamos luchando por seres humanos, añadió.
Los tres realizarán su huelga de hambre a la intemperie en el Parque Lafayette, ubicado frente a la Casa Blanca.
La nueva movilización ocurrió luego que cientos de inmigrantes protagonizaron este sábado una protesta frente a la Casa Blanca en demanda del fin de las deportaciones. Sin embargo, el presidente Obama se encontraba jugando golf fuera de la residencia.