Los altercados en Croacia comenzaron por la mañana en un nuevo centro temporal en el pueblo oriental de Opatovac, donde una gran multitud de migrantes cruzó las puertas y abrumó a las autoridades. Además, algunas personas que estaban dentro del centro acudieron en masa a las puertas y exigieron marcharse, dado que se les había prometido que sólo tendrían que quedarse 24 horas y podrían continuar su viaje.
La policía empujó a la gente para apartarla a ambos lados de la puerta, pero los ánimos seguían acalorados.
En Bruselas, los ministros del Interior de la UE tenían previsto reunirse para abordar un plan de repartir entre los miembros del bloque a 120.000 refugiados en los países más afectados por la oleada de personas. República Checa, Hungría y Eslovaquia se oponen de forma rotunda al plan de establecer cuotas, mientras que Letonia y Polonia se han mostrado escépticas. Los jefes del gobierno de la UE celebran una cumbre de emergencia el miércoles.
Los problemas en Opatovac reflejan las dificultades que afronta Croacia para controlar una marea sin precedentes de personas que huyen de los conflictos y la pobreza en Oriente Medio, África y Asia.
Croacia estableció un plan de recepción de migrantes para intentar poner orden en el caos registrado en el país desde el 15 de septiembre, cuando Hungría cerró su frontera con Serbia. Esa decisión desvió a las miles de personas que buscan refugio hacia Croacia, una nación de 4,2 millones de personas y que está entre las más pobres de la UE.
Croacia ha pedido una respuesta unificada de la UE sobre cómo gestionar el éxodo.
Mientras tanto, los migrantes siguen desplazándose por todo el sureste de Europa.
La policía austriaca dijo esperar la próxima llegada de unas mil personas en su principal paso fronterizo con Hungría, después de que 10.000 personas llegaran a pie al país. La mayoría de los que llegaron el lunes al cruce de Nickelsdorf, al este de Viena, ya habían sido trasladados a refugios de emergencia en el país, indicó el portavoz de la policía austriaca, Helmut Marban.
Hungría llevará en trenes a las 1.000 personas a las que se esperaba el martes hasta su lado de la frontera, indicó Marban. Desde allí, los migrantes suelen caminar hasta Austria.
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El periodista de Associated Press Lorne Cook contribuyó a este despacho desde Bruselas.