El Miércoles de Ceniza se conmemora 40 días antes del Domingo de Ramos, día en que da inicio la Semana Santa. La fecha representa el primer día de la Cuaresma en los calendarios litúrgicos católico, protestante y anglicano. Para los fieles católicos se trata de un día de ayuno y abstinencia y se celebra con la imposición de la ceniza en la frente, como signo de la caducidad de la condición humana.
La imposición de la ceniza es realizada por un sacerdote, quien realiza una cruz en la frente o en la cabeza de los fieles. La ceniza es bendecida y elaborada a partir de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año anterior. La historia señala que dicha tradición se conmemora un miércoles pues en el Siglo IV el ayuno había cobrado gran importancia cuaresmal, pero desde los orígenes nunca se ayunaba los domingos por considerarse un día festivo, por lo que se se trasladó de día.
De acuerdo a las tradiciones religiosas, el Miércoles de Ceniza recuerda a los fieles que practican el rito de la ceniza que algún día llegará la muerte y el cuerpo se convertirá en polvo. Los sacerdotes emplean frases extraídas de las Escrituras como “Polvo eres y en polvo te convertirás” (Gn. 3:19) o “Arrepiéntete y cree en el Evangelio” (Mc. 1:14.15).