El presidente de Brasil, Michel Temer dice que no renunciará; niega haber aprobado soborno para ex legislador.
El presidente brasileño aseguró en conferencia de prensa que no tiene nada que ocultar con respecto a los audios dados a conocer por O Globo, motivo por el cual no renunciará. La bolsa brasileña presenta bajas y hay varias movilizaciones de protesta en Brasil.
Informaciones sobre una grabación en la que el presidente Michel Temer habría dado su aval a un esquema de corrupción removieron el miércoles las aguas turbias de la política en Brasil.
El jefe de Estado, de 76 años, negó tajantemente esas acusaciones, que podrían dificultarle aún más la tarea de obtener los votos necesarios en el Congreso para aprobar sus impopulares medidas de austeridad, esenciales a sus ojos para sacar al país de la peor recesión de su historia.
Según el diario O Globo, Temer fue grabado por un importante empresario dando su aval al pago de sobornos para comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, encarcelado en el marco de las investigaciones de corrupción en Petrobras.
Temer se habría reunido el 7 de marzo con Joesley Batista, uno de los dueños del grupo que controla el frigorífico JBS, líder mundial de la producción de carnes. En el encuentro, Batista contó al mandatario que efectuaba pagos a Cunha y a su operador, Lúcio Funaro, también detenido, para mantenerlos callados, de acuerdo con el informe. Temer habría respondido: “Tienes que mantener eso [los sobornos]”.
“El presidente Michel Temer jamás solicitó pagos para obtener el silencio del exdiputado Eduardo Cunha. No participó ni autorizó ningún movimiento con el objetivo de evitar delación o colaboración con la justicia por el exparlamentario”, señaló un comunicado de la Presidencia de la República.
La nota reconoce que hubo un encuentro con Batista en marzo, pero que no se discutió sobre nada que comprometiese “la conducta” del mandatario.
Temer y Cunha fueron los grandes artífices del impeachment que hace un año sacó del poder a la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), acusada de manipular las cuentas públicas.