Por Gabriela Sotomayor. Corresponsal
Ginebra, 2 Oct (Notimex).- La semana gastronómica de la Ecole Hôteliére de Lausana (EHL), en la que México fue invitado de honor, cerró con broche de oro con una gala presidida por el embajador mexicano en Suiza, Jorge Castro-Valle Kuehne.
La gala se celebró en el marco del 70 aniversario de las relaciones diplomáticas entre México y Suiza y fue motivo de celebración por la primera década de cooperación entre dicha institución helvética, la más prestigiadas del mundo, y el Centro de Estudios Superiores de San Ángel (CESSA) de México.
El chef mexicano Juan Miguel Prada, instructor del CESSA, fue el encargado de diseñar el menú y dirigir la preparación de platillos que fusionaron de manera delicada los sabores de la auténtica y fina cocina mexicana.
El embajador Castro-Valle Kuehne ofreció un discurso en el que resaltó los pilares de la relación bilateral como la cooperación en materia educativa, en especial en educación dual, lo que se refleja en los vínculos entre la EHL y CESSA.
La EHL, fundada en 1893, es la más importante institución de educación hotelera en el mundo y en la última década se ha incrementado la presencia de estudiantes mexicanos.
Castro-Valle Kuehne enfatizó la riqueza de la gastronomía mexicana, que ha sido declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como patrimonio inmaterial de la humanidad.
A la velada asistieron 150 invitados incluyendo directivos de todas las escuelas de la red de la EHL en el mundo, empresarios, artistas, especialistas gastronómicos, periodistas, diplomáticos, la asociación de mexicanos y amigos de México y los directivos de la EHL.
Los invitados pudieron degustar platillos mexicanos como cochinita pibil con salsa de chile habanero, pozole rojo de mariscos y callo de hacha, carne de res con mole colorado, puré de plátano macho, frijoles refritos y sal de gusano.
Para sorpresa de los comensales, el postre consistió en un original tamal de chocolate de metate, helado de pinole, polvo de galleta y piloncillo.
El evento estuvo amenizado por un trío que interpretó música mexicana, el cual levantó calurosos aplausos cuando sonaron las notas del bolero “Solamente una vez” del inolvidable Agustín Lara.