Angela Merkel tomó el té con la Reina Isabel y pronunció, parcialmente en inglés, un discurso de 35 minutos ante las dos casas del Parlamento británico en Westminster, un honor muy raro para un canciller federal de Alemania, hombre o mujer.
Antes de Merkel solo tuvieron ese honor el entonces canciller federal socialdemócrata, Willy Brandt, en 1970, y el entonces presidente de Alemania, el demócratacristiano Richard von Weizsaecker, en 1986. En su discurso ante parlamentarios británicos, Merkel invitó a Gran Bretaña a realizar en conjunto con la Unión Europea grandes esfuerzos para mantener la cohesión.
Queremos hacer en conjunto una Europa mejor. En ello veo a Reino Unido como un importante aliado, dijo. Al mismo tiempo, Angela Merkel habló con claridad a los parlamentarios británicos al pronunciar su esperado discurso frente a ese órgano legislativo y de gobierno.
Al tomar la palabra declaró que se le había informado que había grandes expectativas en Reino Unido sobre su discurso de este jueves, pero que iba a desilusionar. Merkel dijo que escuché que se esperaba que hoy aquí pusiera la primera piedra para una reforma de los Tratados de la Unión Europea. Yo creo que ahí podría haber una cierta desilusión.
Otros esperan exactamente lo contrario. Esperan de mí en Londres un mensaje claro y sencillo en el sentido de que el resto de Europa no está dispuesta a pagar cualquier precio para retener a Reino Unido en la Unión Europea. Creo que esa esperanza no va a ser satisfecha.
Si todo eso que se me dijo es verdad, entonces parto de la base de que se espera de mí que encuentre un camino intermedio entre la peste y la cólera. Pero esa no es una posición confortable, y menos para una jefa del gobierno alemán. Escoger entre la peste y la cólera es un dicho alemán que significa poner a alguien a escoger entre dos opciones muy malas, de forma que de ninguna manera puede haber una buena decisión.
La canciller federal atribuyó a Reino Unido un papel clave para el desarrollo económico de Europa y para las relaciones entre la UE y Estados Unidos, y manifestó ser optimista en cuanto a que las divergencias entre la UE y Londres sean superadas. Sin embargo, mantuvo la distancia y no hizo promesas ni ofrecimientos de ningún tipo.
Manifestó coincidir en varios puntos con el primer ministro británico, David Cameron, entre ellos en la reducción del aparato burocrático europeo y en impedir una inmigración que solo busca beneficiarse de las redes europeas de protección social.
Al mismo tiempo, declaró justo en Londres, donde está la principal plaza financiera de Europa, que los sistemas financieros deben asumir responsabilidad por el bien público y que un contribuyente no debe volver a tener que pagar por los errores de los bancos y empresas financieras.
Debido a su importancia como plaza financiera internacional, Londres ha impedido en varias ocasiones que se tomen medidas para regular a los bancos y casas financieras para evitar que provoquen una nueva crisis generalizada en el mundo.
El instituto británico de sondeo de opinión YouGov llevó a cabo una encuesta en la que quedó de manifiesto que Angela Merkel y Alemania tienen una alta reputación entre los británicos. El 44 por ciento expresó una opinión positiva sobre la jefa del gobierno alemán y el 59 por ciento ve a Alemania en forma positiva.
En Alemania también se llevó a cabo una encuesta sobre Merkel en Londres. La efectuó el instituto alemán de sondeo de opinión Emnid. Los entrevistados consideraron que en el primer lugar de la agenda política está la reforma que demandan los británicos de la Unión Europea.
El objetivo del gobierno de Londres es reducir competencia a la Unión Europea y retornar las competencias a los estados nacionales, así como poner freno a la inmigración.
El 63 por ciento de los alemanes encuestados estimó que Reino Unido ya dio en secreto por terminada su relación con la Unión Europea y solo el 28 por ciento consideró que ese país está a favor de la UE.