En el homenaje luctuoso en el Palacio de Bellas Artes, el mandatario destacó a quien llamó el más grande novelista de América Latina de todos los tiempos, alguna vez equiparado con Miguel de Cervantes. El presidente Peña rindió hoy homenaje al fallecido escritor, Gabriel García Márquez, el cual llevó la imaginación por caminos inesperados, en un recorrido en el que “nos invitó a viajar con él”.
El fallecimiento de Gabriel García Márquez (el 17 de abril pasado) es una gran pérdida, no sólo para la literatura, sino para toda la humanidad”, expresó el mandatario, frente a la urna que contiene las cenizas del escritor colombiano.
Acompañado por su esposa, Angélica Rivera; por el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos; por integrantes del gabinete y amigos de “Gabo”, el mandatario mexicano reiteró sus condolencias a la viuda del escritor, Mercedes Barcha, y sus hijos Gonzalo y Rodrigo. Enrique Peña Nieto destacó que para orgullo de México, el país fue el segundo hogar de García Márquez, pues entre nosotros vivió por cinco décadas.
Hizo ver que, con su obra, llevó el realismo mágico a su máxima expresión y varias generaciones han soñado, se han deleitado y han encontrado respuestas a las preguntas de la vida en sus historias y relatos. Gabo, como afectuosamente se le llamaba, colocó a la literatura latinoamericana, a la vanguardia de la literatura mundial y desentrañó la esencia y la identidad de nuestra América Latina, y la proyectó al mundo, enfatizó.
Refirió que millones de personas de otros continentes y de diversas lenguas han conocido y amado a América Latina, gracias a su obra, y recibió en vida el amor y cariño sincero de millones de personas en todo el mundo.
Hizo ver que hoy, unidos, Colombia y México, rinden un solemne homenaje desde el Palacio de Bellas Artes, para despedirlo con la alegría de su vida, y la emoción de sus libros, convencidos que Gabriel García Márquez se queda entre nosotros”.
Recordó un fragmento de la obra Cuentos Peregrinos: “soñé que asistía a mi propio entierro, a pie, caminando entre un grupo de amigos, vestidos de luto solemne, pero con un ánimo de fiesta. Todos parecíamos dichosos de estar juntos, y yo más que nadie, por aquella grata oportunidad que me da la vida, de estar con mis amigos de América Latina, los más antiguos, los más queridos”.
El presidente de México subrayó que así lo anticipó el Nobel Universal, con un profundo deseo de hacer de la muerte un reencuentro con sus grandes amigos de vida. Su recuerdo y su obra, su inspiración y su ejemplo, estarán siempre con sus amigos y con millones de personas alrededor del mundo. Sus palabras y sus libros, sobrevivirán los límites de la efímera vida humana”, añadió.