El socialdemócrata Matteo Renzi, de 38 años, es el tercer primer ministro italiano que fue recibido en Berlín con honores militares, una costumbre que sólo se sigue con ocasión de la primera visita oficial, en solo tres años. Además, es el primer ministro más joven de los 28 países de la Unión Europea y fue nombrado al frente del gobierno en Italia luego de que su predecesor, Enrico Letta, le faltó apoyo parlamentario para seguir en el poder.
En Alemania, la inestabilidad política se considera el peor de todos los males, y por lo tanto el primer ministro italiano buscará vencer el escepticismo de Berlín y convencer con su ambicioso programa de reformas. Renzi tomó las riendas en el país en un momento en que Italia yace aplastada por la crisis económica, el desempleo, que entre los jóvenes alcanza el 50 por ciento, así como la parálisis política.
Su programa de reformas apunta a relanzar la economía, a partir de un aumento de los sueldos más bajos y una reforma del mercado laboral para consentir más flexibilidad.
Sus medidas se financiarían a través de un aumento en los impuestos sobre las rentas financieras y pasaría también por una renegociación de las reglas por la contención de la deuda en Europa. Renzi busca una licencia para hacer más deudas, fue la lectura de Spiegel Online en el curso de la cumbre bilateral en la que participan seis ministros italianos y sus colegas alemanes. A su llegada el primer ministro italiano regaló a la canciller alemana una camiseta violeta del equipo de Florencia, la del jugador alemán Mario Gómez.
No es la primera vez que la canciller y el primer ministro italiano se encuentran. Cuando él era alcalde de Florencia, el pasado verano, Merkel lo invitó a Berlín. Se trató, según dijo entonces la canciller federal, de pura curiosidad hacia quien se perfilaba como un futuro líder político. A pesar de que la relación entre el primer ministro y la canciller federal inició antes de la designación de Matteo Renzi, no es la única que tiene que dar su visto bueno a reformas que impliquen contraer mayores deudas.
Berlín anunció que alcanzará el equilibrio total en la balanza de pagos en 2015. Su economía crece, apoyada por una robusta situación del empleo, mientras que Angela Merkel está convencida de que la austeridad funciona, tanto en Alemania como en Europa. La visita de Renzi a Berlín es la segunda etapa de una gira europea que le llevó antes a París y mañana a Bruselas.