A medida que la economía se ha ido recuperando de la recesión, la pieza crítica faltante ha sido la dolorosa insuficiencia de alzas salariales para muchos estadounidenses.
Pero ese dolor podría estar disminuyendo.
De acuerdo con el informe laboral difundido el viernes, los aumentos salariales han comenzado por fin a fluir en una economía en la que, una vez que se factoriza la inflación, la mayoría de la gente gana hoy menos que cuando inició la recesión en 2007.
El sueldo promedio por hora aumentó 0,5% de diciembre a enero, el incremento más alto desde 2008, dijo el gobierno.
El promedio se ha incrementado 2,2% en los últimos 12 meses a 24,75 dólares, cómodamente por arriba de la inflación.
Entonces, si alguien no ha tenido un aumento considerable, ¿puede esperar uno?
Los escépticos todavía tienen sus dudas. Pero el incremento en el ritmo de las contrataciones provee una razón para ser optimistas.
“Los trabajos regresan a Estados Unidos y ése es el primer paso para que mejoren los cheques de paga”, dijo Tara Sinclair, economista en jefe del cibersitio de anuncios de empleos Indeed.com y profesora de la Universidad George Washington.
El ritmo de las contrataciones se ha acelerado 34% desde 2013.
Ese crecimiento ha reducido el número de personas que buscan un puesto y ha dificultado a los empleadores encontrar trabajadores talentosos.
La tendencia, según la teoría, ha obligado finalmente a las compañías a flexibilizar su control en los sueldos para atraer y conservar a los mejores empleados.
Los empleadores crearon 3,2 millones de empleos en los últimos 12 meses, incluidos 257.000 en enero, 329.000 en diciembre y la sorprendente cantidad de 423.000 en noviembre.
Algunos economistas destacan que las cifras de las pagas tienden a ser volátiles mes a mes y que el gran incremento promedio de enero podría ser insostenible.