“Este ha sido un gran año para Panamá. Mejoramos nuestra calificación de riesgo de Standard & Poors y Moodys; otra vez tuvimos el mayor crecimiento de América Latina, cerca de 11 por ciento y 2013 será igual de bueno”, sostuvo Martinelli.
El mandatario comentó las cifras durante un informe al país en el inicio del segundo periodo de sesiones del Parlamento de Panamá. El gobernante hizo un repaso de sus principales obras impulsadas desde el 1 de julio de 2009, con un mandato de cinco años que finalizará el 30 de junio de 2014.
“Desde entonces hemos crecido la economía y disminuido la pobreza”, indicó el mandatario al citar diversas iniciativas como el aumento al salario mínimo en dos ocasiones, para llevarlo a 490 dólares mensuales, el segundo más alto de América Latina. Indicó que el desempleo bajó a 4.0 por ciento, “la más baja de nuestra historia y de la región”.
Cito también diversas obras sociales en marcha, proyectos de riego, mejoras en aeropuertos, agua potable y alcantarillado, la construcción del metro, la modernización del transporte y la edificación de hospitales. Indicó que 2013 será el “año de la consolidación y excelencia educativa” y el “año de la seguridad ciudadana”.
Al respecto, Ricardo Martinelli señaló que 2012 terminó con “91 asesinatos menos que en 2011”, cuando se registraron 704 muertes violentas. Admitió que “el balance de la democracia reposa en parte sobre nuestras diferencias y la libertad de poder expresarlas” y afirmó que despolitizó los planes de ayuda social.
No obstante, también se quejó de las “críticas de la oposición y de los medios de comunicación sobre la forma de hacer algunos cambios, pero nunca nos cuestionaron por mejorar la vida de estos panameños”. “Lo único triste de ser funcionario es que todo se presta para interpretaciones. Si digo algo es intromisión. Si guardo silencio entonces estoy ocultando algo”, apuntó.
De todos modos indicó que en los años de su gestión aprendió “que la beligerancia y resistencia de la oposición constructiva, la sociedad civil y los medios de comunicación, son importantes para el balance de la democracia”. “Todos queremos lo mismo”, repitió a lo largo de su discurso para señalar que siempre está “dispuesto a conversar ya que las diferencias y las distancias desaparecen cuando nos imponemos objetivos comunes”.