Presentándose como un aliado del Silicon Valley, el senador Marco Rubio propuso dar a las compañías de telefonía celular más acceso al espectro radioeléctrico como parte de un paquete de iniciativas pro empresariales que dijo crearían “miles y miles de empleos con buenos sueldos”.
En una presentación que detalló su “gran ilustración del potencial de Estados Unidos en el siglo XXI”, Rubio también prometió derrotar cualquier esfuerzo por limitar el acceso a Internet y propuso por separado permitir a empresas privadas trabajar con laboratorios del gobierno para desarrollar nuevos productos. El mensaje pro empresarial ocurre en momentos en que Rubio trata de alejarse de una empantanada reforma bipartidista de las leyes de inmigración que ayudó a redactar y pone la mira en donantes potenciale4s.
“El mundo cambia rápidamente a nuestro alrededor y hemos esperado demasiado tiempo para cambiar nosotros. Todavía tenemos tiempo de crear el nuevo siglo estadounidense, pero no tenemos un tiempo ilimitado para ello”, dijo Rubio en un evento organizado a través de la Fundación Jack Kemp Foundation, un grupo de estudios de Washington, y celebrado en la sede de Google en Washington.
Rubio estudia la posibilidad de postularse a las elecciones presidenciales en 2016. Y al presentarse como alguien que entiende al Silicon Valley, los titanes de la alta tecnología pudieran ayudarlo a recaudar fondos de campaña en sector que hasta ahora se ha mostrado fuera de su alcance.
Según el Center for Responsive Politics, las industrias de Internet y computación han donado a Rubio y a su comité de liderazgo unos 182.000 dólares desde 2009. Las donaciones del sector de telecomunicaciones han sido sólo de 8.500 dólares. Los principales donantes de Rubio han sido retirados, firmas de inversión y grupos conservadores.
Si Rubio se lana oficialmente tras la nominación republicana, una afinidad con el Silicon Valley (y sus inversionistas de Wall Street) pudiera resultar positivo para recaudar los millones necesarios para una campaña.
La marca política de ha sido afectada desde que ayudó a negociar una reforma bipartidista de las leyes de inmigración que se aprobó en el Senado pero que se ha estancado en la Cámara. Los conservadores se mostraron reacios a aceptar la medida y la Cámara, liderada por los republicanos, dio señales de que el plan del Senado no iría a ninguna parte. La industria tecnológica presionó duro a favor de la reforma, en buena parte porque necesita solucionar su necesidad de personal capacitado.
Rubio no mencionó la inmigración durante su alocución, pero le preguntaron sobre el tema. Y se mantuvo escéptico sobre sugerencias de que los inmigrantes que viven en el país sin autorización puedan quedarse sin una vía a la ciudadanía. “¿Qué hacemos con los 12 millones de personas que están aquí de una firma realista y también responsable?”, preguntó Rubio. “¿Están ustedes dispuestos a tener 8 o 9 millones de personas que vivan aquí permanentemente pero que no son ciudadanos?”. “No creo que es algo bueno para el país”, dijo Rubio.
En la Conferencia de Acción Política Conservadora del fin de semana pasado, en que los principales activistas del partido se reúnen para escuchar a potenciales candidatos a la presidencia, Rubio quedó en séptimo lugar en una votación informal. El año pasado quedó en segundo lugar.
Ahora Rubio trata de rehabilitar su imagen mediante una serie de prescripciones de política. La propuesta del lunes fue poner a disposición de telefónicas celulares como AT&T o Sprint partes del espacio radioeléctrico que controla el gobierno.
“Las restricciones federales restringen una parte demasiado ancha del espacio radioeléctrico. Mientras más podamos abrirlo al sector privado, más empleos se crearán”, dijo Rubio, y prometió presentar pronto un proyecto de ley con ese fin.
La presentación de 40 minutos de Rubio incluyó propuestas como “un sistema interestatal de energía” para transportar petróleo y gas natural desde los yacimientos hasta los consumidores. También propuso poner fin a la exportación de petróleo que está en vigor desde los años 1970. “Vender parte de nuestros sustanciales recursos energéticos llevará al crecimiento explosivo de empleos con buen sueldo en Estados Unidos”, dijo.
Y en una señal más de apoyo al sector tecnológico, Marco Rubio dijo que continuaría presionando a favor de propuestas de ley bipartidistas que facilitarían a las compañías privadas colaborar con laboratorios financiados por el gobierno en la NASA, el Pentágono y los Institutos Nacionales de Salud.
Esa colaboración tendría un valor de miles de millones de dólares para las empresas. “Nuestra red de laboratorios nacionales es desde hace mucho tiempo una fuente clave de investigaciones”, dijo Rubio. “Pero al no poder trabajar con el sector privado eso no se traduce en la creación de empleos en Estados Unidos”.