Esas protestas, que incluyeron bloqueos viales y violentos choques con la policía antimotines, fueron protagonizadas por productores de papa y leche, entre otros cultivos, sectores indígenas, pequeños mineros informales, afrodescendientes y cultivadores de coca del noreste del país que tras ocho meses se han unido para presentar al gobierno un único pliego de demandas, explicó César Jerez, directivo de la Asociación Nacional de Reservas Campesinas.
Aunque cada sector alcanzó acuerdos con el gobierno “es un cumplimiento muy parcial después de ocho meses de negociaciones. Ha habido un poco de negligencia, de dilación del gobierno y eso es lo que se le está sumando a Juan Manuel Santos en plena campaña” electoral para los comicios presidenciales del 25 de mayo, añadió Jerez en entrevista telefónica con The Associated Press.
Indicó que sectores del campesinado, indígenas y afrodescendientes llegaron hace tres días a Bogotá para discutir el pliego de peticiones y en la jornada marcharán de forma pacífica desde un coliseo deportivo al norte de la ciudad hasta la céntrica Plaza de Bolívar. Se calcula que marchen unas 40.000 personas, aseguró Jerez.
“Nosotros lo que hacemos es política mediante mecanismos de participación directa… Si al presidente Santos se le estalla una crisis en plena campaña electoral, pues la responsabilidad es exclusivamente de él y de su gobierno”, dijo el vocero al destacar que eventualmente si las autoridades no atienden sus reclamos podrían ir a un paro nacional, cuya fecha está por definirse.
El gobierno ha dicho que viene cumpliendo con los distintos sectores y en el caso del sector agrícola aprobó el año pasado extender el cobro de un impuesto a las operaciones financieras para poder cubrir compromisos y desembolsos pactados con pequeños agricultores.
En el caso de los campesinos de la zona del Catatumbo, una región del departamento de Norte de Santander, al noreste de Colombia y en la frontera con Venezuela, “no se ha logrado un acuerdo para sustituir… 5.000 hectáreas de cultivos coca” que existen en aquella región, dijo Jerez.
Sí se han cumplido parcialmente, aseguró, otros acuerdos como el cese de la fumigación de esos cultivos y su erradicación manual.
“Nos cansamos que nos mientan y no nos cumplan”, dijo Jair Contreras, de 52 años, cultivador de yuca y plátano, quien estaba junto con otros campesinos en el coliseo cubierto El Campin a la espera de la marcha. “Siempre hablan y hablan y el gobierno no cumple por eso estamos acá para pedir y apoyar esta cumbre campesina”, añadió Contreras, quien llegó a Bogotá en autobús el sábado desde la localidad de Tibú, también en Norte de Santander.