Esto ocurrirá el sábado, un día después de la ceremonia de investidura de Donald Trump.
Pero también ocurrió hace más de 100 años, un día después de la juramentación de Woodrow Wilson.
Tan notable fue la marcha de las mujeres por el derecho al voto, realizado en la avenida Pennsylvania el 3 de marzo de 1913, que Wilson se coló en la ciudad sin que nadie lo reconociera la víspera de su juramentación, y se vio obligado a pasar por callejones para llegar a su hotel.
“Apenas una veintena de personas vieron su automóvil mientras recorría las calles silenciosas, y solo unos cuantos le aplaudieron cuando llegaba a su hotel”, reportó entonces The New York Times.
Entretanto, más de 5.000 mujeres marcharon desde el Capitolio hasta las escalinatas del Departamento del Tesoro en una marcha que estuvo acompañada por nueve bandas, cuatro brigadas montadas y dos docenas de carrozas.
La procesión resultó ser crucial en la lucha en favor de dar el derecho al voto a las mujeres, que será resaltado con una imagen en la parte inversa del nuevo billete de 10 dólares, que será emitido en el 2020, 100 años después de que las mujeres ganaran el derecho al voto con la ratificación de la Enmienda 19 a la constitución.
Este año, más de un siglo después, un sinnúmero de mujeres marcharán el sábado por una ruta similar a la de las manifestantes que apoyaron el derecho al voto, como un reflejo del pasado. Las mujeres siguen pidiendo un lugar más prominente en la sociedad. El presidente electo ha menospreciado repetidamente a las mujeres durante la campaña presidencial. La declaración de objetivos de las manifestantes es: “No descansaremos hasta que las mujeres tengan paridad e igualdad en todos los niveles de liderazgo en la sociedad”.
La Marcha de las Mujeres de 1913, planificada para lograr la mayor publicidad posible al coincidir con la juramentación, no estuvo libre de polémica.
De acuerdo con los archivos de la Memoria Estadounidense de la Biblioteca del Congreso, la gente que estaba en la ciudad para la investidura, mayormente hombres, salió a las calles y dificultó el paso de las manifestantes, obligándolas a veces a marchar en fila india. A las mujeres les pusieron zancadillas, las abuchearon y les escupieron, y la policía hizo poco para ayudarlas o aplacar el disturbio. Unas 100 manifestantes fueron llevadas al hospital con heridas o lesiones.
Al final, la polémica fue de ventaja para las mujeres, logrando una cobertura noticiosa amplia y solidaria en favor de su causa.
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