“No a la cultura de la muerte”, rezaba una de las pancartas que se pudieron observar en tanto que bandas musicales, bailes folclóricos y payasos animaban la marcha que recorrió cerca de un kilómetro en la carretera a Masaya y que culminó en la Catedral de Managua.
El sacerdote Silvio Fonseca encabezó la marcha “por la vida”, en clara muestra de que la Iglesia católica apoya la penalización del aborto terapéutico en Nicaragua, rechazado por las organizaciones feministas.
En ciudades del interior de Nicaragua se realizaron marchas simultáneas con igual fin.