Por Tomás Martín Martín. Corresponsal
Mérida, 10 Oct (Notimex).- A pesar de los avances en materia de salud, las enfermedades de la mente aún son tabú para una buena parte de la población, y en México son la segunda causa de incapacidad laboral, afirmó el especialista Arsenio Rosado Franco.
En entrevista exclusiva con Notimex, en el Marco del Día Mundial de la Salud Mental que se conmemora hoy, el ex director del Hospital Psiquiátrico Yucatán señaló que ese panorama prevalece, ya que se carece de políticas y programas para revertir la desinformación sobre esos males.
Recordó que fue apenas en 2005 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a todos los países tomar en consideración el tema de la salud mental como un asunto de vital importancia.
Pues si la mente no está sana, el cuerpo tampoco lo está. La idea es que sin una buena salud mental, no puede existir una buena salud física, se define pues a la salud, como un estado óptimo entre la mente y el cuerpo, apuntó.
Rosado Franco señaló que fue hace apenas unos 10 años que empezó a tocarse el tema con mayor seriedad, luego de muchos siglos en los que prevaleció la ignorancia y prejuicios en torno a estos males.
Hasta hoy mucha gente no sabe que las enfermedades mentales son algo ligado al organismo, la mente no es que esté fuera del cuerpo y hay gente que no lo ve así, piensa que es otra parte del cuerpo, que los pensamientos nada tienen que ver con lo orgánico, cuando en realidad piensas porque estás usando el cerebro, explicó.
Es el cerebro lo que genera eso que llamamos mente y éste se puede ver afectado como cualquier otro órgano, ya sea por factores externos, o por enfermedades del propio cuerpo y si mi cerebro se enferma, pues mi mente también.
Sin embargo, esto es algo que apenas empieza a entenderse, ya que por muchos años quienes tenían un padecimiento mental eran vistos como gente afectada por hechos paranormales o por actos de hechicería o brujería, e incluso le historia nos dice que muchos personajes fueron objeto de persecución.
Refirió que uno de los casos quizá más conocidos es el de Juana de Arco, quien decía que escuchaba voces y tenía alucinaciones y aunque condujo muchas victorias de los franceses sobre los ingleses terminó quemada en una hoguera acusada de herejía por la Santa Inquisición.
Rosado Franco dijo que aunque hoy ya no es común que la gente relacione las enfermedades mentales con asuntos religiosos como podría ser una posesión demoniaca o la locura, esos antecedentes han generado que la gente prefiera no hablar del tema.
Otro de los problemas que se enfrentaba, es que no había tratamiento para estos males y es a mediados del siglo pasado cuando ya se contaba con algunos tratamientos como la depresión, la esquizofrenia, el trastorno bipolar, entre otros.
Mencionó que a pesar de ello, aún hay prejuicios en torno al trabajo que hace un psiquiatra, pues cuando a alguien se le recomienda ir con uno, lo común sigue siendo el rechazo pues es como reconocer que uno está loco, cuando una enfermedad mental es un asunto mucho más complejo que el decir que se está loco o no.
Hoy en día las enfermedades mentales son la segunda causa de incapacidad laboral en el país, apenas por debajo de las enfermedades cardiovasculares, lo que nos muestra la verdadera dimensión de este problema, subrayó.
Añadió que la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que las enfermedades mentales ya representan un 12 por ciento del costo total de los servicios de salud pública a nivel global, mientras que las estadísticas establecen que una de cada cuatro personas tendrá que acudir con un especialista en alguna etapa de su vida.
De igual modo, en México de acuerdo con la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica que se hizo en 2004 y que es la única que se ha hecho, el trastorno más prevalente es la ansiedad con el 9.1 por ciento.
Luego le sigue la depresión con el 9.0 por ciento y por último los trastornos provocados por el abuso de diversas sustancias y alcohol que igual ascienden a un nueve por ciento.
Eso significa, dijo, que hay un 27 por ciento de pacientes que van a requerir de un especialista en salud mental y eso sin contar a los que sufren trastornos de personalidad, bipolaridad, o Alzheimer.
Como puede observarse, el tamaño del reto es enorme y por ello es necesario que el Estado Mexicano asuma un rol más dinámico y propositivo en la creación de políticas y programas al respecto, que la gente deje de ver el tema como un tabú, pues no hay nada más real que un trastorno mental, afirmó.