Hungría observó el lunes un día de luto nacional en memoria de las 16 víctimas del accidente ocurrido la noche del viernes cerca de Verona, en Italia.
El maestro de gimnasia Gyorgy Vigh estaba entre las 56 personas a bordo del autobús que transportaba a de vuelta a los alumnos de la escuela secundaria Szinyei Merse Pal en Budapest, tras una excursión de esquí en Francia.
El vehículo se estrelló contra una barrera y luego contra una columna que sostenía a un elevado, cuando estalló en llamas. Las causas del suceso están siendo investigadas.
El subdirector del plantel escolar, Gabor Jaki, elogió a Vigh como “un hombre de acción, una persona entusiasta… que ayuda a todos los que puede”.
“Realmente tenemos que calificar a este maestro de héroe, porque literalmente arriesgó su vida para salvar a sus alumnos”, dijo Jaki enfrente de la escuela.
Vigh sufrió quemaduras pero sobrevivió. Su esposa, Erika, también viajaba en el autobús y describió al diario italiano Corriere Della Sera cómo vio a su propia hija morir, acompañada de su novio en la parte delantera del autobús.
Laura Vigh quedó atrapada debajo de un asiento cuando su madre fue arrojada 5 metros al estallar la bola de fuego.
“Pasó apenas un instante pero ya era demasiado tarde”, dijo Erika Vigh al diario. “No podía ver nada, puro fuego”.
El hijo de la pareja, Balazs Vigh, que jugaba hockey, también pereció.
Benedek Varga, uno de los estudiantes que sufrió heridas leves, recordó cómo logró huir del autobús en llamas.
“Me desperté y quedé atascado por el asiento”, dijo a la televisora estatal húngara. “Esperé y vi cómo otros corrían pasándome por al lado. Afortunadamente pude alcanzar la puerta, que ya estaba en llamas”, comentó.
La identificación oficial de los cuerpos concluirá el jueves, dijeron las autoridades.