“Esta mano que ven es la mano de (el ex presidente Hugo Chávez convertida en pueblo, y la voy a usar como hierro para defender al pueblo”, advirtió el gobernante ante cerca de un millar de ancianos que marcharon a ritmo de música folclórica y ritmos tropicales por el centro de la ciudad y se concentraron afuera del Palacio de Miraflores, sede del gobierno, para manifestarle su apoyo.
Explicó que la “conferencia de paz” será instalada el miércoles en el Palacio de Miraflores y que espera que a ella asistan no sólo representantes de todos los sectores políticos, líderes sindicales, dirigentes de la oposición, sino también empresarios.
Las manifestaciones de opositores al gobierno comenzaron hace dos semanas en contra de la inflación, que en enero ya había superado 50% anual, así como para quejarse por la escasez de productos básicos y el aumento de la delincuencia. También denuncian el uso de la violencia por parte de grupos del gobierno para reprimirlos y demandan la liberación del dirigente líder opositor Leopoldo López, quien está detenido en una cárcel militar desde el 18 de febrero por convocar a las protestas.
La serie de protestas contra el gobierno “no es una campaña más de conspiración, es un golpe de Estado continuado, decidido desde el poder de Estados Unidos”, manifestó Nicolás Maduro la noche del domingo en entrevista para Telesur.
Antes, durante la manifestación de ancianos, declaró que “la locura fascista se va apagando”, porque si bien en días anteriores hubo protestas multitudinarias en “18 municipios, ayer (sábado) sólo hicieron su maldad en seis municipios”.
Desde el 12 de febrero, 10 personas han muerto y 137 han resultado heridas de bala en enfrentamientos callejeros. Maduro indicó el domingo que otro joven, la víctima 11, murió apuñalado el viernes como consecuencia de las protestas. Originalmente las autoridades habían considerado que se trataba de delincuencia común.
La organización no gubernamental Foro Penal Venezolano aseguró en su sitio web que, hasta el domingo, 539 personas habían sido detenidas por su vinculación con las protestas contra el gobierno, mientras que algunas personas habían sido agredidas fuera de las manifestaciones antigubernamentales por parte de grupos civiles armados. Alfredo Romero, director del grupo, también denunció torturas a varios de los detenidos.
La marcha de los ancianos del domingo “es un llamado a la paz”, declaró Héctor Rodríguez, ministro de Educación y vicepresidente para el área social, quien como otros miembros del gabinete asistió a la manifestación.
Vestidos con distintivos rojos, color del partido gobernante, con fotografías del fallecido mandatario Hugo Chávez, bandera venezolanas y pancartas en las que se leía “No a la violencia, sí a la paz”, los manifestantes partieron de la Plaza Bolívar y al final se concentraron en el Palacio de Miraflores, donde los esperaba Maduro. “Aquí en Venezuela no hay guerra, no hay conflicto, sino una gente que está disociada, que está perturbando la paz”, dijo a The Associated Press Gerardo Pérez, un anciano del estado Carabobo.
Rodríguez consideró que a la marcha asistieron unos 2.000 “abuelitos” que se han beneficiado de los programas sociales del gobierno, como el aumento a las pensiones.
Nicolás Maduro aseguró que el 75% de todos los ancianos reciben una pensión equivalente al salario mínimo, “que es el más alto de América Latina” y que este año el número de pensionados aumentará a unos tres millones de personas, cerca del 100% de los mayores de 65 años. “Nosotros somos buenos, no somos el cúmulo de rencores, de odio, de intolerancia” que han activados los grupos opositores que han realizado protestas contra el gobierno durante el último mes, insistió el gobernante.
Mientras Maduro y decenas de personas bailaban afuera del palacio de gobierno, el general Angel Vivas, un reconocido opositor del gobierno, se atrincheró en su casa armado con un fusil AR-15 y un chaleco blindado luego de que miembros de la Dirección de Inteligencia Militar arribaron antes del mediodía con la intención de detenerlo “Me quieren meter preso; no lo acepto”, dijo el militar retirado desde la reja de su casa a los reporteros.
Maduro ordenó el sábado investigar al militar opositor por considerar que promueve la colocación de guayas, como son conocidas las trampas de alambre que grupos opositores colocan en las carreteras de manera transversal para impedir el paso de los vehículos.
Maduro ordenó investigar a Vivas luego de que un hombre de 29 años murió degollado el viernes por una guaya colocada en una avenida de Caracas y una mujer de 37 años falleció el jueves en Caguas por razones similares. José María Zaa, abogado de Vivas, afirmó que los agentes se presentaron a la casa del militar sin una orden de arresto oficial e insistió en que el militar no tuvo ninguna vinculación la muerte de las dos personas.
Vivas, de 57 años, se ha convertido en un ferviente opositor del gobierno venezolano desde que renunció como director Ingeniería del Ministerio de Defensa en 2007 por su rechazo a que las fuerzas armadas tuviesen que adoptar el lema “Patria, socialismo o muertes, venceremos”, creado en Cuba.
A diferencia de días anteriores, la ciudad de Caracas amaneció el domingo en calma después que el sábado miles de opositores marcharon por una de las principales avenidas portando pancartas en las que se leía “Libertad, no más represión” y “Maduro, desarma a tus asesinos”.
La ciudad suroccidental de San Cristóbal, donde se registraron en días anteriores violentas protestas, estaba el domingo en calma después de breves escaramuzas el sábado entre miembros de la Guardia Nacional y grupos opositores.