Durante todo el mes de marzo y en especial este día 23 los mexicanos mantienen vivo el recuerdo de Luis Donaldo Colosio, quien fue candidato a la presidencia de la República en el año de 1994 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero durante uno de sus actos de campaña fue asesinado.
No es un secreto que hasta antes del año 2000 los candidatos del PRI a la presidencia y a casi cualquier cargo público eran los ganadores en las contiendas políticas; en el caso particular de los “presidenciables” es bien conocida en la política mexicana la figura cuasi ilegítima del “tapado“, quien era una especie de sucesor nombrado por el presidente del país en turno. Desde muchos sexenios anteriores al de Carlos Salinas de Gortari, período en el que fue asesinado Colosio, existía ya esta maña de la política mexicana, lo que hacía automáticamente al candidato del PRI en el próximo presidente de México.
Luis Donaldo Colosio ocupó precisamente ese lugar, el del “tapado”, en un momento en que la oposición cobraba fuerza y seis años antes nacía el Partido de la Revolución Democrática (PRD), como una clara muestra de rechazo a la política hegemónica y dominadora del PRI. La reputación del partido en el poder estaba entredicho, y no solamente por la forma en que Salinas llegó a la presidencia, sino también por la inestabilidad económica del país, el rezago en diferentes sectores, la devaluación del moneda nacional y los problemas eternos de México: Salud, Educación, Vivienda, Trabajo, Violencia… y demás tópicos.
En ese contexto Colosio se erguía como un candidato diferente, un político surgido del PRI pero que no era priísta y que al parecer sí cambiará a México. Sus discursos más importantes y de donde se comienza a dar a conocer públicamente sus ideas y su concepción política provienen de su toma de protesta como presidente nacional de su partido. esta ideología sería la misma que llevaría a cabo durante su campaña ala presidencia de la república.
El asesinato
Las suspicacias que ha levantado el asesinato de Luis Donaldo Colosio han perdurado durante estos 20 años. De acuerdo a la versión oficial el crimen lo cometió Mario Aburto en solitario, es decir, que el móvil se llevó no se llevó a cabo por una organización criminal, ni se involucra un autor intelectual, ni un asesinato a sueldo, ni nada que se relacione con otras personas.
La versión oficial ha dejado duda entre los mexicanos y hay quienes aún reclaman que se realicen las investigaciones pertinentes sobre el asesinato de Colosio. Hay quienes piensan que el autor intelectual debió ser algún político o algunos políticos allegados al candidato.
Sin duda este hecho dejó huella en la memoria política de México y los mexicanos y a 20 años del trágico hecho las muestras de respeto y homenajes continúan año con año. Infinidad de textos, artículos, libros, revistas y documentales abordan el asesinato de Luis Donaldo Colosio, pero la verdad oficial no parece convencer al grueso de la población.
20 años
A las muestras de respeto también se han unido las redes sociales, en donde los internautas recuerdan a Luis Donaldo con el HT #ColosioVive. Su figura se ha convertido en un emblema, sus ideales, su fuerza y su carisma lo hacen único, “un verdadero demócrata salido del PRI” y quizá eso sea su mayor logro, tratar de ser un político diferente que como lo han mencionada algunas publicaciones “El futuro que no fue”, título que enmarca los anhelos de los mexicanos por ver a un político diferente en la silla presidencial.
Sobre los supuestos y los hechos que hubiera desencadenado si Colosio hubiera llegado a la presidencia son casi infinitos, hay quienes como el historiador Enrique Krauze que afirman que al llegar las elecciones presidenciales del año 2000 hubiera ganado un partido de izquierda, hay otros que afirman que el sistema política hubiera cambiado de manera importante, otros piensan que el PRI sería un partido diferente de como lo conocemos. Los anhelos de un mejor país y mejores políticos no terminan, así como los vaticinios y sospechas no lo tendrán.
La figura de Luis Donaldo Colosio representa ese anhelo de un político diferente, y aunque su carrera fue interrumpida, sus ideales viven.