Los derrumbes registrados en los últimos días han sido causados una vez más por el mal tiempo y por las fuertes lluvias, que provocaron daños en muchas otras localidades, declaró el responsable del sitio arqueológico Luigi Malnati a periodistas.
Esto ocurre en un sitio de edad romana con estructuras antiguas que se encuentran a la luz del sol, agregó.
Una nota de la superintendencia para Bienes Arqueológicos de Pompeya, Herculano y Stabia, comunicó que la madrugada de este lunes se verificó el derrumbe parcial de un muro en una antigua bodega en la Vía Nola de la zona arqueológica.
Reconoció que hay un alto riesgo de nuevos derrumbes en la Vía Nola y en la Vía de la Abundancia de Pompeya, debido a que el agua no ha sido adecuadamente drenada y podría afectar los antiguos muros.
Dijo que el domingo se verificó otro derrumbe parcial de un arco adyacente al Templo de Venus y que el sábado sucedió lo mismo en el muro de una tumba de la necrópolis de Porta Nocera.
Malnati recordó que el área arqueológica de Pompeya conserva cerca de dos millones de metros cúbicos de muros antiguos, 17 mil metros cuadrados de enyesados y 12 mil metros cuadrados de pavimentos.
Resaltó que gran parte del área arqueológica ha sido puesta bajo tutela del Gran Proyecto Pompeya, que tiene el objetivo de asegurar y restaurar los restos, como lo demostró la reciente apertura de la Casa del Criptoportico.
Pero el presidente de la comisión italiana de la UNESCO, Giovanni Pugliso, advirtió que no hay tiempo que perder desde el punto de vista burocrático y que se necesita una plan de medidas extraordinarias que ponga bajo seguridad toda la zona de Pompeya.
Dijo que sin un drenaje adecuado de los terrenos en los que se encuentran las ruinas, todos los restos que se salvaron de la erupción del Vesubio están destinados a derrumbarse.
Con el objeto de afrontar la emergencia, el ministro de Bienes Culturales, Dario Franceschini, convocó para este martes a una reunión extraordinaria de autoridades y entes vinculados con el mantenimiento de las ruinas.
Sepultada por la violenta erupción del Vesubio en el año 79 de nuestra era, la antigua ciudad romana fue redescubierta en 1748 y en 1997 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En los últimos años la zona arqueológica ha sufrido varios derrumbes, atribuidos no sólo a su antigüedad, sino también a la incuria, el abandono y la falta de un mantenimiento, debido al recorte de recursos económicos, fruto de las políticas de austeridad.
En noviembre de 2010 se vino abajo la Schola Armaturarum (La Escuela de Gladiadores) que durante casi dos milenios había resistido a las inclemencias naturales.