Por Lucía Lizárraga Castro
Guadalajara, 31 Oct (Notimex).- La comunión que logra Lila Downs con el público es inigualable, de tal manera que no sólo fusiona su música con ritmos multirraciales, sino que su entrega contagia tanto al espectador que éste también se convierte en parte del “show”.
México sabe celebrar a sus muertos y el mejor ejemplo es Lila, quien cobijada con los temas de su nueva producción “Balas y chocolate” presentó aquí un espectáculo divertido, en honor a “esta pelona a la que nos tenemos que enfrentar todos y que nos hace reflexionar y sentir más cariño por los que nos quieren”, dijo.
El Teatro Diana estaba colmado de seguidores de la mejor exponente de la mexicanidad, en un concierto que fusiona las raíces de América que son “africanas, europeas e indígenas”, de acuerdo con la oaxaqueña, quien fue apapachada con aplausos y gritos de cariño durante todo la velada, inspirada en el Día de Muertos.
Acompañada por ocho músicos (acordeón, bajo, guitarra, trombón, trompeta, saxofón, cajón y batería), Lila brindó un fantástico espectáculo que puso a cantar y bailar a los asistentes, quienes además mostraban admiración por todo el talento de esta original artista.
Ataviada con un vestido color fucsia con blanco, la cantautora mostró las diferentes formas de lucir el rebozo mexicano, sombreros y las típicas flores que tanto le gustan para adornar su peinado, todo de acuerdo con el tema que interpretaba con su grandiosa voz y estilo único.
La gente emocionada escuchó con mucho placer los temas de su nuevo disco “Humito de copal”, “Mano negra”, “Balas y chocolate”, “Una cruz de madera”, “La farsante”, “La burra”, “Cuando me tocas tú”, “La patria madrina”, “Las casas de madera”, “La promesa”, “Son de difuntos”, “Dulce veneno” y “Viene la muerte echando rasero”.
Además, interpretó canciones que la han llevado a la cúspide en el mundo del espectáculo como “Vámonos”, “Cu curru cu cú paloma”, “Zapata se queda”, “La tequilera”, “Tacha la teibolera” y “La cumbia del mole”.