Ambos países mantienen desde 2010 una disputa en un punto de la frontera terrestre, que fue llevada a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), la cual dictó medidas cautelares.
A la tensión se sumó hace unas semanas la advertencia de Ortega de plantear la posibilidad de acudir a la CIJ para reclamar también la noroccidental provincia costarricense de Guanacaste, limítrofe con ese país, que se separó de Nicaragua en 1824.
Ante la reafirmación de Ortega, Chinchilla dijo que “en realidad no sucede nada nuevo, sin embargo, este es un tema que no hay que tomar a la ligera, no hay que pretender que simple y sencillamente tenemos que responder con una gentil sonrisa, ante las ofensas y las amenazas”.
Por tratarse de un gobernante, esas “expresiones tienden a tener consecuencias en el plano del Derecho Internacional, si uno guarda silencio, si uno concede, como algunos pretenden que hagamos”, advirtió.
“Aquí, (las autoridades nicaragüenses) no están jugando (…) y la obligación nuestra es mantener una muy alerta, una actitud muy firme, una actitud muy contundente”. Porque también esto ha ido acompañado de hecho visibles, en donde se ha llegado a violentar la soberanía de nuestro país”, subrayó Chinchilla.
Advirtió que no se está hablando de cualquier cosa sino que “estamos hablando de soberanía, de integridad territorial, y de un país que no tiene manera de defenderse por la vía tradicional”, ello, en alusión al hecho de que Costa Rica abolió hace más de seis décadas su ejército.
Esa defensa “no es un llamando a la exaltación de los ánimos, pero sí a mostrar una actitud de gran unidad nacional, de gran información y de una gran firmeza y determinación, para que no jueguen con nosotros, de esa manera”, concluyó la presidenta.