El catedrático retirado de la pública Universidad Central de Venezuela (UCV) indicó a Notimex que el gobierno venezolano frena cualquier intervención de la OEA de la mano de los países que dependen de los convenios petroleros que ofrece Caracas.
“Lo que ha demostrado la OEA es que está bloqueada entre dos grupos: por un lado los que temen perder la ventaja que les ofrece Venezuela (…) y los otros países que han mostrado preocupación por la situación del país, es decir, lo que vemos es una parálisis diplomática”, explicó.
Figueredo precisó que el primer bloque de países es liderado por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), y en el segundo se encuentra la Alianza del Pacífico (AP), a la que se suma Estados Unidos.
Los cancilleres de la OEA tienen previsto reunirse de nuevo el lunes para debatir el caso venezolano a petición de Panamá, ya que las protestas de las últimas tres semanas en Venezuela han dejado saldo de 22 muertos, así como mil 600 heridos y otros tantos detenidos.
La petición de Panamá generó la ira del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien rompió relaciones diplomáticas con el país del istmo y además decidió poner “en suspenso” el pago de la deuda con proveedores panameños.
Figueredo, exembajador ante las Naciones Unidas para la aplicación del Acuerdo de Ginebra entre Venezuela y Guyana, consideró “vergonzoso” que países como Brasil y Argentina, que sufrieron dictaduras militares, se nieguen a revisar el caso venezolano.
Al respecto, señaló que los mandatarios de izquierda de esos países sienten simpatías por su par Nicolás Maduro, pero además defienden las cuantiosas importaciones gubernamentales que Caracas realiza desde Brasil y Argentina.
Figueredo lamentó que los derechos humanos en América Latina pasan a un segundo plano, como quedó demostrado en la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en La Habana, donde se dejó de tocar el tema para evitar choques con Cuba.
“La reunión de la Celac fue vergonzosa, allí se dijo que cada gobierno podía hacer lo que quisiera dentro de su jurisdicción, o sea que prácticamente fue una especie de negación de la Carta Democrática”, que existe en varios organismos regionales, advirtió Figueredo.
El internacionalista subrayó que esto es resultado de un panorama “complejo” en la región, porque gobiernos de izquierda admiran regímenes como los de Cuba o Venezuela, mientras que los de centro y derecha se abstienen de intervenir para evitar roces diplomáticos.