Se había fijado en una fanática y sabía lo que iba a pasar.
“Disculpa”, le dijo la mujer al acercársele. “Pero soy tu admiradora. Solo quiero desearte suerte y preguntarte si puedo sacarme una foto contigo”.
De forma cortés pero directa, Bryant declinó, explicándole que necesitaba de unos minutos para terminar su conversación. La sonrisa de la mujer desapareció en un instante, y se regresó al hotel para no volver.
En ese momento, para ella, Bryant fue simultáneamente un héroe y un villano.
Y para Bryant, el episodio ilustró lo que ha sido su trayectoria de 20 años con los Lakers de Los Ángeles. Lo describe como el fenómeno del “Héroe y Villano”, el cual abordó en la carta que se repartió a los aficionados en Los Ángeles la noche del domingo, luego de revelar en un ensayo publicado en el portal The Players’ Tribune que esta temporada será, como mucho los anticipaban, la última de su carrera en la NBA.
“Héroe o villano, es una combinación de ambos”, dijo Bryant en una entrevista reciente con The Associated Press. “La gente es tan complicada. Nunca hay nada definido. Siempre es una combinación de ambas cosas. Hay ciertos momentos que te pueden definir con algo en particular. Te toca ser el villano el lunes. Puede ser que el martes serás el héroe”.
Bryant fue un héroe: cinco veces campeón, 17 veces seleccionado al Juego de Estrellas y el tercer máximo anotador en la historia de la NBA.
Fue también un villano: Idolatrado por los seguidores de los Lakers y detestado por los fanáticos de los otros 29 clubes, Bryant siempre insistió que ese desprecio le motivaba más.
Citó el ejemplo de la “sombría saga” de Luke Skywalker, el personaje de la Guerra de las Galaxias. “Usó esas sensaciones para hacer grandes cosas”.
Eso fue lo que intentó con los Lakers las últimas dos décadas, una filosofía que describió como “dar rienda suelta al villano para que se libere el héroe”.
“Me dieron la confianza para dar buen uso a mi ira”, escribió Bryant en su carta a los fanáticos. “Sus dudas me dieron la determinación para demostrarles que estaban equivocados. Fueron testigos de cómo mis temores se transformaron en fuerza. Su rechazo me enseñó lo que es tener valentía. Como quieran verme, héroe o villano, por favor sepan que dejo cada sensación, cada pizca de pasión y todo de mí, en ser un Laker”.
Bryant asegura que no le importa lo que la gente decida cuando se pregunten si es un héroe o villano.
Para un viejo amigo y rival como el astro de Miami Dwyane Wade, es imposible definir a Bryant con ninguna de las etiquetas.
“Tendría dos respuestas distintas”, dijo Wade. “Como un oponente, es un villano. Como un fanático, es un héroe”.