Durante un vuelo de Etiopía al Congo, John Kerry habló telefónicamente con el ministro ruso del Exterior Sergey Lavrov. Esa conversación ocurrió después que insurgentes prorrusos pusieron en libertad a siete observadores militares europeos y cinco auxiliares ucranianos, que fueron retenidos por más de una semana en Slovyansk, en el centro de los disturbios.
“Es un paso, pero hay muchos otros pasos que hay que tomar con el fin de tranquilizar la situación,” dijo Kerry a los reporteros después de aterrizar en Kinshasa.
Kerry dijo que él y Lavrov analizaron los pasos adicionales que se deben tomar, y dejó claro que es fundamental que Rusia “retire su apoyo a los separatistas y ayude en la salida de las personas de los edificios” ocupados en Ucrania. Kerry también aumentó la perspectiva de nuevas sanciones occidentales si sigue habiendo indicaciones de interferencia rusa. Rusia niega que esté fomentando la inestabilidad en el este de Ucrania.
John Kerry está de gira en África, desde donde se comunicó telefónicamente el sábado con el canciller ruso Sergei Lavrov.
El secretario de estado dijo que hablaron sobre la violencia en Odesa, donde por lo menos 42 personas murieron el viernes en choques entre partidarios y oponentes del gobierno y que deben extremarse los recursos para estabilizar la situación.
“Toda esta violencia es absolutamente inaceptable. Rusia, Estados Unidos, los ucranianos, los europeos, la OSCE: todos nosotros tenemos la responsabilidad de hacer todo lo posible para reducir la capacidad de milicianos y extremistas armados de realizar estas actividades terroristas y violentas”, dijo Kerry. “Ellos deben terminar, y todo el mundo con alguna influencia en cualquiera de las partes tiene la obligación de tratar de poner fin a esta violencia”, insistió.