El juez Barry Williams desestimó argumentos de los abogados de los policías, quienes habían dicho que los días de disturbios, protestas y toques de queda en la ciudad dificultarían encontrar jurados no prejuiciados.
La defensa argumentó además que el arreglo de 6,4 millones de dólares de la municipalidad con la familia de Gray envió el mensaje de que los policías son culpables, pero el juez dijo que el arreglo no afecta los juicios penales.
“La información es ubicua y todas las personas en la ciudad y el estado pueden optar por inundarse con ella”, dijo Williams.
Se puede preguntar a los jurados potenciales si han sido influenciados por la cobertura del caso, dijo el juez. Cuando su decisión fue informada fuera de la corte, un grupo de dos decenas de manifestantes vitoreó y coreó: “El juicio se queda aquí”.
Policías de Baltimore estaban en el lugar. Al menos un manifestante fue arrestado.
Gray, de 25 años, murió estando bajo custodia de la policía en abril. La fiscalía ha dicho que los policías no tenían razón para detener o perseguir a Gray, y que le acusaron falsamente de tener una navaja automática que es ilegal cuando en realidad llevaba un cuchillo plegable legal.
Gray fue esposado, lo subieron a una furgoneta y no le pusieron un cinturón de seguridad, en violación directa de las políticas del departamento de policía. Los policías ignoraron sus pedidos reiterados de atención médica e incluso desviaron la camioneta para recoger a otro pasajero, dijeron fiscales. Gray murió el 19 de abril, una semana después de su arresto.
Su muerte desató una ola de protestas y disturbios que sacudieron la ciudad y causaron daños por millones de dólares y se ha vuelto un símbolo de la fracturada relación entre la policía y el público en Baltimore y el tratamiento de los hombres negros por la policía en Estados Unidos.