La jueza Nan Nash dijo que esos pacientes tienen el derecho fundamental a solicitar ayuda para morir porque la Constitución de Nuevo México prohíbe al estado impedir a una persona que disfrute de la vida y la libertad y de buscar seguridad y felicidad.
“Este tribunal no puede pensar en un derecho más fundamental, más privado o más integral a la libertad, la seguridad y la felicidad de los habitantes de Nuevo México que el derecho de un paciente mentalmente competente pero gravemente enfermo de solicitar asistencia para morir”, escribió la jueza.
Nash también falló que los médicos que ofrecen esa ayuda no pueden ser encausados bajo la ley de asistencia al suicidio, que lo considera un delito grave de cuatro grado.
La Procuraduría General de Nuevo México dijo que está discutiendo la posibilidad de una apelación pero que necesita estudiar primero a fondo la opinión de la jueza antes de comentar al respecto.
La decisión de Nash es el resultado de un juicio de dos días de un juicio sin jurado en diciembre pasado en que Riggs y otros demandantes pidieron a la jueza que decidiera que los médicos no incumplen la ley si emiten prescripciones médicas para pacientes mentalmente competentes pero gravemente enfermos que desean quitarse la vida.
Los médicos Katherine Morris y Aroop Mangalik presentaron una demanda en marzo de 2012 y Riggs se les unió un par de meses después.
La demanda contaba con el apoyo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Nuevo México; la organización Compassion & Choices, de Denver, una organización sin fines de lucro que trabaja por mejorar los derechos de los pacientes al final de la vida, y la Asociación de Sicólogos de Nuevo México, la mayor organización de sicólogos profesionales del estado, que alegó que el suicidio con asistencia y la “asistencia para morir” entre pacientes gravemente enfermos son fundamentalmente diferentes.
“Los habitantes de Nuevo México, tanto sanos como enfermos, ahora disfrutan de tener la paz mental de saber que pueden evitar una muerte prolongada y agonizante”, dijo Laura Schauer, directora de Asuntos Legales de la ACLU de Nuevo México, en un comunicado.
Riggs declaró en diciembre que el cáncer de que padece está en remisión pero que ha tenido días en que levantarse de la cama y caminar unos pasos le resultó muy difícil. Dijo que quería vivir, pero que también quería tener la opción de poner fin a su vida si su estado empeoraba.
“No quiero sufrir innecesariamente al final”, le dijo a Nash durante el juicio.
Kathryn Tucker, directora de Asuntos Jurídicos de Compassion & Choices, ha dicho que ha aumentado el apoyo para que los médicos ayuden a pacientes graves que desean morir.