Desde luego que el Mercosur tiene problemas, pero primero (que nada), nosotros como Uruguay, (…) tenemos la puerta abierta para entrar a Brasil, dijo el mandatario en alusión a uno de los beneficios que tiene como miembro de ese bloque comercial.
Mujica realizó sus declaraciones durante una presentación en el Banco Mundial, en el tercer día de su visita oficial a Estados Unidos.
El presidente uruguayo manifestó que su país no es ingenuo pensando que pertenecer a un bloque comercial o tener tratados de libre comercio significa la panacea para su comercio, porque en la economía siempre hay que pelear.
Ahora vendemos naranjitas acá (en Estados Unidos), pero para entrar con las naranjitas en este mercado estuvimos 18 años peleando, recordó Mujica, quien destacó que lo que su país busca es diversificarse para no depender de un solo mercado.
Nosotros no nos vamos a pelear con los vecinos, pero siempre vamos a tener una pata afuera, y la vamos a estar buscando en todos lados, acotó.
El mandatario consideró que cuando se trata de buscar el bienestar colectivo, no se pueden anteponer rigores ideológicos.
A mí me van a criticar, porque ahora (dicen): vos que sos de izquierda, aflojaste con el imperialismo, y (yo digo): no, hermano, no aflojé con nada, estamos tratando de vender unos kilos más de carne, esto y lo otro, ¡qué querés!, dijo, provocando risas entre los presentes.
Por eso yo no me arrepiento (de que Uruguay forme parte del Mercosur), pero tampoco me creo la panacea, insistió.
Respecto a su opinión sobre los aportes de la política de Washington en Latinoamérica, Mujica no tuvo empacho para responder de manera directa: lo que más ha servido de la política de Estados Unidos es cuando no se mete.
Por otra parte, el gobernante uruguayo rechazó las comparaciones de su figura con la del desaparecido presidente sudafricano Nelson Mandela.
¡No, no, Mandela no! Mandela rompió el molde. Primero que se bancó (aguantó) 28 años en cana (en la cárcel) y yo me banqué casi 14. Mandela juega en otra liga, comentó.
Respecto a si sentía rencor por quienes lo encarcelaron, respondió: yo no tengo rencor, porque no pude tener rencor nunca (…) El poder en sentido estratégico obliga a no tener rencor. No cultivo el odio porque no es redituable, pero tampoco soy Mandela.
Soy el Pepe, un muchacho de barrio que cedió un juego y me tocó jugar este partido. Me comí un montón de años de cana (cárcel), pero no por vocación de héroe, me lo comí porque me agarraron, sostuvo.
El mandatario de 78 años aseveró que con el fin de su gobierno cerca, ahora está considerando realizar trabajo para viejo, pero no voy a ser un viejo de esos que salen por ahí a dar conferencias y cobran mucho, no me interesa la guita (el dinero).