CIUDAD DE MEXICO (AP) Jorge Volpi mezcla ensayo y memoria a partir de la figura de su padre y el cuerpo humano para crear un análisis del México contemporáneo en el libro “Examen de mi padre”.
El padre del autor murió en agosto de 2014, a los 82 años. Fue cirujano y Volpi heredó sus libros de anatomía, los cuales fueron una gran inspiración para su nueva publicación que contiene múltiples ilustraciones en blanco y negro entre grabados, fotografías, pinturas y dibujos (uno de ellos del propio Volpi).
“Me gustaban mucho de niño, me siguen gustando esos libros ilustrados”, dijo en entrevista con The Associated Press.
El autor agregó que primero pensó que su nuevo libro sólo tendría imágenes anatómicas, pero luego éstas se enriquecieron con otro tipo de material para generar énfasis en el aspecto visual.
La historia de la cirugía, así como reflexiones sobre diferentes partes del cuerpo como el cerebro, la mano y el oído_, permiten conocer la historia de su padre, quien por momentos parece un personaje salido de una novela con obsesiones como la limpieza y la música clásica, que marcan su vida.
Es la verdad sobre su padre y sobre él, afirmó Volpi. “Mi madre o mi hermano pueden tener interpretaciones distintas, pero todo lo que está ahí está porque yo intenté ser lo más sincero, lo más franco y lo más auténtico posible. No quise inventar nada”, apuntó.
El escritor crea un paralelo entre el declive de su padre en sus últimos años de vida y el recrudecimiento de la violencia en México entre 2006 y 2014.
“Fue perdiendo todo: cada afición, cada gusto, cada pequeño placer … hasta que no le quedó más que su dolor y luego la muerte. Y son los peores años de la historia de México. Él tenía prendida la televisión todo el día. Yo llegaba a la hora de la comida y lo que veía eran noticieros con cifras de muertos, de narcotraficantes, de enfrentados”.
La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa; Marcial Maciel, el padre acusado de pederastia; el incendio que dejó 49 niños fallecidos en la Guardería ABC y el escándalo de los menores adoptados por Mamá Rosa son algunos de los hechos presentados través de la televisión de su padre, que Volpi aborda en su libro.
Volpi se dio cuenta de ese análisis del cuerpo era también social y también era México.
“Si hablaba del cuerpo, del cuerpo de mi padre y de los cuerpos que mi padre atendía, también debía hablar de tantos cuerpos sin historia, que son todos los cuerpos que hemos encontrado en fosas, en asesinatos aquí y allá; quienes no sabemos quiénes eran o a lo inverso: historias sin cuerpos, como los estudiantes de Ayotzinapa”.
Otro de los grandes examinados del libro es el propio Volpi, galardonado con el Premio Planeta-Casa de América y el Mazatlán de Literatura.
Revela que no ha tomado terapia con un psicólogo, pese a que su novela “El fin de la locura” es protagonizada por el psicoanalista mexicano Aníbal Quevedo y que en “La tejedora de sombras” retrata a Carl Gustav Jung y su paciente Christiana Morgan.
También recuerda la timidez que lo caracterizó desde la infancia y los años de juventud, en los que se masturbaba casi todos los días mientras vivía el remordimiento por su educación en escuelas religiosas.
“Es un ejercicio de desvelamiento”, dijo.