WASHINGTON (AP) El principal directivo de Volkswagen en Estados Unidos ofreció una sentida disculpa, pero al mismo tiempo se distanció el jueves del escándalo de emisiones que acosa a la armadora automotriz número uno del mundo, asegurando que los más altos funcionarios corporativos no tenían conocimiento del software instalado en 11 millones de vehículos de motor diésel para pasar las pruebas de emisión de contaminantes.
A pesar de que dijo que no ha sido informado sobre los hallazgos preliminares de la investigación interna, el director general de Volskwagen de América, Michael Horn, comentó a una subcomisión del Congreso que un pequeño grupo de desarrolladores de software en Alemania fueron los responsables del código computacional que permitió a los autos engañar las pruebas emisiones realizadas por el gobierno de Estados Unidos. Tres directores de menor nivel han sido suspendidos a causa del escándalo.
“A mi entender, esta no fue una decisión corporativa, fue algo realizado por individuos”, comentó Horn, quien admitió que personalmente se siente engañado.
La explicación dejó incrédulos a los miembros del panel de investigadores de la Cámara de Representantes.
“Estoy de acuerdo en que es muy difícil de creer”, admitió Horn.
El representante republicano de Nueva York, Chris Collins, fue uno de los legisladores que dijo no aceptar la caracterización de Volkswagen de que “esto fue obra de un par de ingenieros malvados”. Collins, ingeniero de carrera, insinuó que una estrategia tan complicada no pudo realizarse sin la complicidad de supervisores de alto rango en varias secciones de la compañía.
“Lo que he detectado aquí y espero puedan trasmitir a la junta, a las personas que dirigen Volkswagen en Alemania, es que hasta ahora, la respuesta es inadecuada”, dijo Collins. “Es una muestra de arrogancia. Es una muestra de que aún no admiten la severidad de su problema”.
Durante más de dos horas, Horn se sentó de manera tranquila, ocasionalmente bebiendo un vaso con agua mientras los obturadores de los fotógrafos trabajaban. Cuando los funcionarios electos mostraron su enojo, decepción y escepticismo en la empresa en la que ha trabajado durante casi la mitad de su vida, el ejecutivo alemán de 51 años se disculpó, pero no brindó más información.
Más de un mes después de que la compañía confesó por primera vez el fraude de emisiones a los reguladores estadounidenses, Horn no ha detallado un plan para arreglar los casi 500.000 autos de “diésel limpio” con software sospechoso vendidos en Estados Unidos a partir del modelo 2009. Tal solución posiblemente tome hasta dos años, comentó, y agregó que cada auto requeriría entre cinco y 10 horas de trabajo mecánico para alcanzar los estándares de aire limpio.
El gobierno señala que los autos son seguros para conducir, pero Horn insinuó que Volkswagen podría compensar a algunos de los dueños, posiblemente pagándoles por el valor perdido de sus vehículos. Hasta ahora, la compañía ha apartado más de 7.000 millones de dólares para atender el escándalo, aunque Horn reconoció que eso podría no ser suficiente.
Poco después de que Horn comenzara su testimonio, la policía alemana y la procuraduría ingresaron a las instalaciones globales de VW en Wolfsburg y otras locaciones buscando material que ayude a clarificar quién fue el responsable del escándalo. Los cateos tenían la intención de “asegurar documentos y dispositivos de almacenamiento de datos” que posiblemente identifiquen a los involucrados en la supuesta manipulación y expliquen cómo se llevó a cabo, dijeron los fiscales.
En la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos y el Departamento de Justicia se realizan investigaciones criminales. VW enfrenta la posibilidad de pagar miles de millones de dólares en multas por violar la Ley de Aire Limpio, así como una serie de investigaciones estatales y demandas colectivas a nombre de los consumidores.
Horn informó que VW planea retirar las solicitudes para la certificación de emisiones de Estados Unidos para sus autos modelo 2016 de Jetta, Golf, Passat y Beetle con motor diésel. Eso generó preguntas sobre la inclusión de un “dispositivo tramposo” similar al de los modelos anteriores en los nuevos vehículos.
Al retirar las aplicaciones para los modelos 2016, Volkswagen ha dejado miles de vehículos a motor diésel varados en los puertos de todo el país. No quedó esclarecido de inmediato la función de un nuevo dispositivo encontrado en los modelos VW o si la compañía reaplicará las solicitudes necesarias para vender los autos.
Liz Purchia, portavoz de la Agencia de Protección Ambiental, EPA por sus siglas en inglés, señaló que Volkswagen recientemente dio información a la agencia sobre un “dispositivo de control auxiliar de emisiones”. La EPA y la Junta de Recursos Ambientales de California investigan “la naturaleza y propósito” del dispositivo”.
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Tom Krisher de AP contribuyó a este despacho desde Detroit.
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