BARCELONA, España (AP) Le apodan “Chachachá” en memoria de las particulares celebraciones de gol de su padre, un ex futbolista. Pero Jackson Martínez marcó distancias con su progenitor al festejar su primer tanto en la liga española, por la segunda fecha en cancha del Sevilla.
El oriundo de Quibdó se limitó a la flexión del brazo izquierdo y bombeo del puño cerrado con levantamiento final de pulgar y mirada incisiva en busca de la eventual piña con sus compañeros.
Eso, tras una diana de bandera saliendo desde la banca, cuando arrancó por el centro, se apoyó en Antoine Griezmann, avistó al arquero adelantado y soltó un zurdazo combado al fondo de las mallas. El 3-0 para el Atlético de Madrid, actual líder del campeonato empatado a seis puntos con Eibar, Celta de Vigo y Barcelona, precisamente su rival del próximo sábado.
Aunque el torneo empezó a finales de agosto, el cruce ante los azulgranas por la tercera fecha será básicamente la puesta de largo del Atlético ante su afición y un examen de altura para Jackson, fichado en julio para aportar al club rojiblanco ese plus de competitividad ante los grandes equipos del continente.
El ariete colombiano ya debutó ante sus nuevos seguidores en la jornada inaugural contra el Las Palmas y causó buena impresión, aunque su juego quedara eclipsado por el de Griezmann, autor del gol de la victoria local por 1-0.
Relegado a la suplencia en Sevilla, Jackson ingresó a los 78 minutos y tardó apenas siete en celebrar su primer tanto oficial como rojiblanco. No bailó el “chachachá”, pero sí gritó con ganas y reivindicó su titularidad ante el Barsa, un partido que el Atlético tiene marcado en rojo en el calendario.
Las ambiciones siguen altas para el técnico argentino Diego Simeone, que el año pasado se quedó sin un gran título por primera vez al timón de la nave colchonera. El objetivo es mejorar ese tercer lugar, quizás incluso volver a ganar el campeonato como en el curso anterior, y pelear también la Liga de Campeones. Para ello, “El Cholo” pidió refuerzos como el del argentino Luciano Vietto y el propio Jackson, llamado a mejorar ostensiblemente las prestaciones del traspasado Mario Mandzukic.
En el esquema del técnico bonaerense priman la solidez defensiva, la estrategia a balón parado y un delantero multiusos capaz de generar espacios, aguantar la pelota en busca de apoyos al contragolpe y definir en el área con instinto asesino. Pese a su innegable brega, Mandzukic nunca sacó más que un notable en los tres apartados, y la previsión es que el colombiano añada también otras facetas como el juego combinativo en corto y el disparo de larga distancia para asemejarse más al añorado Diego Costa, el punta que mejor interpretó el solfeo de Simeone hace dos campañas.
Notable goleador en el Porto, donde totalizó 92 redes las tres últimas temporadas, Jackson llegó a Madrid con mayores expectativas que el brasileño nacionalizado español. Su elevado precio de 40 millones de dólares, el segundo desembolso más alto en la historia del club tras su compatriota Radamel Falcao, justifica en parte las esperanzas de la grada. Pero también su evidente talento: viéndolo evolucionar sobre la cancha, cuesta ponerle limitaciones futbolísticas en un Atlético diseñado para explotar al máximo sus características.
Ansioso por recuperar las señas de identidad extraviadas en algunos tramos del pasado curso, Simeone ha puesto especial énfasis en el juego raudo y vertical; y es allí donde el colombiano debe marcar diferencias junto al habilidoso Vietto y el chispeante Griezmann, autor de 25 tantos en 2014-15.
Pese a su gran olfato, el francés dejará la punta de ataque a Jackson, el encargado de abrir boquete en las defensas rivales con su velocidad de fórmula uno y carrocería de tanque, ideal para chocar y proteger el balón en espera de centrocampistas como su ex compañero en el Porto, Oliver Torres, y Jorge Resurección “Koke”, a quien Simeone ha retrasado un paso para ejercer de catapulta del artillero. “Es muy difícil moverlo cuando recibe de espaldas, no suele perder pelotas en el juego asociado y permite al equipo avanzar mucho mejor desde atrás”, valoró el técnico tras su estreno.
El gran fichaje, que precipitó la salida del mexicano Raúl Jiménez y Raúl García, tendrá el sábado la oportunidad de medir sus fuerzas con una zaga camaleónica como la del Barsa, donde Thomas Vermaelen pondrá la envergadura y el argentino Javier Mascherano, la anticipación.
Falcao trajo en su día de cabeza al “Jefecito”, pero Jackson no gusta de comparaciones y aspira a distanciarse tanto del samario como del otro delantero colombiano en lucir la camiseta del Atlético, Adolfo “El Tren” Valencia, quien descarriló de mala manera en su única campaña de rojiblanco, en 1994-95.
Como Valencia, integrante de la selección que ganó 5-0 a Argentina en aquel mítico partido clasificatorio al Mundial 1994, Jackson también forma parte de una generación dorada de futbolistas colombianos, e integró el combinado que alcanzó los cuartos de final de Brasil 2014. Limitado al rol de suplente en el torneo, así como en la pasada Copa América, el quibdoseño espera convencer próxima y definitivamente al seleccionador José Pékerman.
Plenamente instalado con su familia en la capital de España, donde tendrá ocasión de coincidir con su compañero de selección y actual figura del Real Madrid, James Rodríguez, el ariete ultima su puesta a punto para enfrentar al Barsa, tras someterse a un plan físico específico mientras el Atlético andaba de gira veraniega por Asia.
La competencia es alta en el plantel, con veteranos como Fernando Torres peleando por un puesto o el joven Angel Correa pidiendo paso. El plan de Simeone requiere del mejor tono de sus futbolistas, y a esos efectos reservó en Sevilla al colombiano, que se bastó de poco más de un cuarto de hora para dejar patente su calidad.
Control, carrera, asociación, toque ambidiestro y definición. Sellos distintivos de un Jackson por ahora solo falto de rodaje y sobrado de chachachá.