Cientos de personas marcharon el miércoles en las calles de Culiacán, capital del estado norteño de Sinaloa y bastión del cartel de Guzmán, para pedir que liberaran a “El Chapo” y demandar que no lo extraditen a Estados Unidos.
Vestidas con playeras blancas, las personas caminaron hasta que hubo algunos choques con la policía que usó gas lacrimógeno para dispersarlas. La prensa reportó que al menos en otra localidad del estado, Guamúchil, también se realizó una marcha similar. “Algunos dicen que fueron organizados por familiares y amigos de Joaquín Guzmán”, dijo el jueves a la cadena Televisa el gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez.
Sin embargo, el gobernador aseguró que no se tiene precisión de quién está detrás. “No tenemos los datos hasta este momento, pero la investigación debe de arrojarlos”, dijo López, quien se dijo sorprendido de que gente saliera a la calle a manifestar su apoyo al capo, requeridos también por la justicia de Estados Unidos. Añadió que tiene reportes de que algunos de los asistentes recibieron 500 pesos (unos 37 dólares), además de tamales, agua e incluso cerveza.
Policías intentaron disolver la protesta y algunos manifestantes les lanzaron botellas de agua. Un reportero de The Associated Press vio cuando los agentes lanzaban gas lacrimógeno y detenían a algunos de los manifestantes.
“Marchamos en apoyo al ‘Chapo’ Guzmán porque es él el que da trabajo y ayuda allá arriba en la sierra”, dijo Pedro Ramírez, quien afirmó que había viajado con un grupo de 300 personas desde Badiraguato, poblado ubicado en la Sierra Madre donde nació Guzmán en la pobreza hace 56 años.
“El Chapo” es considerado el jefe narcotraficante más poderoso del mundo. En fallos emitidos el martes, dos jueces federales dijeron que Guzmán tendrá que afrontar juicio por los cargos separados de crimen organizado en México. La Procuraduría General de la República dijo el miércoles que “El Chapo” enfrenta acusaciones de crimen organizado en otros seis casos en cuatro estados del país y en la Ciudad de México.
Guzmán, que escapó de una cárcel en el oeste de México en 2001, permanecerá en una prisión de alta seguridad en México. El gobierno mexicano ha dicho que no extraditará pronto a Guzmán a Estados Unidos a pesar de las acusaciones que pesan contra él en diversas ciudades estadounidenses, desde California a Nueva York.