La fiscal de la Corte, Fatou Bensouda, dijo el viernes que la situación para los civiles en el país “ha ido de mal en peor” desde septiembre de 2012, y que recientemente ha recibido reportes de una “brutalidad extrema cometida por varios grupos”. Milicias cristianas y musulmanas se han enfrentado en el país, que ya es objeto de una investigación previa de la oficina de Bensouda y que abarca el periodo anterior a 2004.
Los choques en el país han empeorado y han adquirido una naturaleza cada vez más sectaria desde marzo de 2013, cuando se rompieron tanto un acuerdo de paz como un acuerdo para dividir el poder entre los rebeldes musulmanes del norte y el gobierno anterior.
En diciembre, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados dijo que más de 600 personas fueron asesinadas y un millón desplazadas, mientras que el país corría el peligro de caer en un genocidio. Desde que se emitió ese reporte la situación se ha empeorado rápidamente.
Bensouda dijo el viernes que los incidentes que investiga “incluyen cientos de asesinatos, violaciones y esclavitud sexual, destrucción de propiedades, saqueos, tortura, desplazamientos forzados y reclutamiento y uso de niños en las hostilidades”. Agregó que en “muchos incidentes las víctimas parecen haber sido deliberadamente atacadas por motivos religiosos”.
La Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, Holanda, es el tribunal mundial permanente de crímenes de guerra, creado en 2002 para investigar y castigar genocidios cuando sus estados integrantes no lo pueden hacer por sus propios medios. República Centroafricana es miembro de la corte.