Funcionarios locales de seguridad que hablaron con el sospechoso después que fue detenido dijeron que parecía un hombre calmado y piadoso que podría haber sido influido por extremistas islámicos que claman venganza contra los extranjeros por los ataques con aviones teledirigidos. Los relatos de testigos y funcionarios indican hasta ahora que el ataque no fue planeado.
Pero el Ministerio del Interior afgano, encargado de supervisar la investigación, dijo a la AP que no conjeturará sobre un posible móvil en una etapa tan temprana de la pesquisa sobre el ataque, en el cual murió la fotógrafa Anja Niedringhaus, mientras que la corresponsal Kathy Gannon resultó herida.
El sospechoso, identificado como un comandante llamado Naqibula, se entregó inmediatamente después del ataque perpetrado el viernes frente a decenas de fuerzas de seguridad y trabajadores electorales en un complejo del gobierno fuertemente resguardado en el este de Afganistán. El ataque contra periodistas es el primero conocido que perpetra un elemento de seguridad en Afganistán dentro de la ola de violencia dirigida contra extranjeros en el país.
Niedringhaus y Gannon viajaban en su propio vehículo con un periodista independiente de la AP y un traductor en una caravana de trabajadores que transportaba materiales electorales al distrito cercano de Tani desde Khost, capital de la provincia del mismo nombre en la frontera con Pakistán. La caravana había ido primero a la sede del gobierno en el distrito. Ambas periodistas extranjeras conversaron y fotografiaron a policías y soldados afganos en la zona, dijeron testigos.
Sin embargo, comenzó a llover y estaban preocupadas de su equipo así que regresaron a su vehículo, se colocaron en el asiento trasero y esperaron que avanzara la caravana que llevaría papeletas a una aldea cercana. El agresor, que vestía uniforme de la policía, se acercó al vehículo, metió el cañón de su fusil AK-47 por una ventana de la puerta trasera, grito “¡Dios es grande!” y abrió fuego, según testigos y autoridades.
Sediq Seddiqi, portavoz del Ministerio del Interior, dijo el miércoles en entrevista que “lo bueno es que el agresor está vivo porque normalmente en este tipo de incidentes es muerto o escapa”. “Sin embargo, en esta ocasión, nuestra policía actuó profesionalmente y el responsable fue arrestado de inmediato”, apuntó. El jefe de la policía del distrito de Tani, Gul Zahir, dijo que “yo lo detuve”. “Le pregunté ‘¿por qué hizo usted esto?'” y “Naqibulá respondió ‘no lo sé”’, declaró Zahir.