El enviado de la ONU para Siria, Lakhdar Brahimi, será el mediador de las conversaciones conocidas como Ginebra 2, que tiene como reto lograr acuerdos concretos entre las partes para llevar paz al pueblo sirio. La primera ronda de Ginebra 2 terminó con grandes diferencias y crudos insultos entre los representantes del gobierno y la oposición.
Sin embargo para Brahimi se logró encontrar algunos puntos en común sobre los cuales se puede construir, y además subrayó que el éxito de la primera ronda consistió en sentar a las partes a la mesa de negociación y arrancar el proceso.
La delegación del régimen de Bashar al-Assad la encabezada el ministro de exteriores de Siria, Walid Moallem, que llegó la víspera a Ginebra y sostuvo una reunión con Brahimi. Asimismo, llegaron a esta ciudad miembros de la oposición, pero hasta el momento se desconoce si el jefe de la delegación será el líder de la Coalición Nacional Siria (CNS) Ahmad al-Jarba, como en la ronda anterior. Todo indica que los jefes negociadores serán el representante de Damasco ante la ONU Bashar al-Jaafari y por la oposición Hadi al-Bahra.
El nuevo intento de resolver el conflicto por la vía diplomática inicia después de una pausa humanitaria de tres días acordada por las partes para que el personal de la ONU pudiera evacuar a civiles y llevar alimentos y asistencia básica a unas dos mil quinientas personas atrapadas en el casco viejo de Homs, zona sitiada desde hace dos años.
A pesar de que el cese al fuego no fue respetado en su totalidad y gracias a la valentía del personal humanitario en el terreno, se logró evacuar a 600 civiles -mujeres, niños y personas de edad avanzada- así como llevar ayuda dentro de la zona asediada. La guerra civil ha dejado al menos 130 mil muertos, 9.5 millones de desplazados internos, cifra incalculable de desaparecidos y unos seis millones de refugiados en países vecinos.
Hasta ahora, la ONU no ha podido llevar ayuda humanitaria a las personas más vulnerables dentro de Siria debido a que el gobierno ha bloqueado el paso a 40 puntos que se encuentran sitiados en los que la gente empieza a morir por inanición. En varios informes realizados por la ONU ha condenado al régimen sirio por posibles crímenes de lesa humanidad y a la oposición por crímenes de guerra.