La hija del rey Juan Carlos llegó a unos metros de los juzgados, aproximadamente a las 9:45 horas local (07:45 GMT) en un automóvil negro, y caminó unos pasos, sonriente y saludando pero sin hacer declaraciones a los periodistas.
Vestida con camisa blanca, chaqueta negra y un pantalón gris oscuro, la Infanta Cristina declara ya ante el juez Castro que inicialmente le preguntó si conoce los hechos por los que está imputada. La declaración de la hija del rey Juan Carlos, considerada como algo histórico, se produce en medio de gran expectación y con gran presencia mediática.
Además, en las inmediaciones se encuentran decenas de manifestantes coreando el nombre del juez Castro y con pancartas con leyendas como Castro, amigo, el pueblo está contigo, No diga justicia, diga Castro o La justicia tiene un nombre: Castro.
Castro imputó el pasado 7 de enero a la Infanta Cristina por presuntos delitos fiscales y de lavado de dinero por los manejos de dinero que hizo en la empresa Aizoon, que poseía con su marido, Iñaki Urdangarin, y que dependía de la firma Nóos, a través de la que presuntamente se malversaron fondos públicos.
Más de 300 periodistas de 90 medios de comunicación de España y el extranjero están acreditados para cubrir la llegada y salida de la infanta al juzgado en la capital de Mallorca, en el Mediterráneo español.
Asimismo, un cordón de seguridad de 200 agentes (una de parte de ellos enviados desde Valencia, este de la península) vigila desde primera hora el desarrollo de la comparecencia, el cordón de medios de comunicación y las protestas que se han convocado.