Las críticas de Indonesia, el país más poblado del mundo musulmán, llegan después de que sus autoridades, al igual que las de India y Pakistán, afirmaran que las autoridades saudíes habían entregado a los diplomáticos extranjeros unas 1.100 fotografías de los muertos en el desastre de la semana pasada.
Las últimas cifras publicadas por el Ministerio saudí de Salud, difundidas del sábado, eran de 769 muertos y 934 heridos. Las autoridades saudíes todavía no han hecho comentarios sobre las discrepancias en el recuento mientras países de todo el mundo tratan de identificar a sus ciudadanos fallecidos.
Las autoridades de Arabia Saudí no dieron a los diplomáticos indonesios pleno acceso a los cadáveres hasta el lunes por la noche, lo que incluía registros forenses como huellas dactilares, indicó Lalu Muhamad Iqba, del Ministerio indonesio de Exteriores. En la estampida en Mina murieron 46 peregrinos indonesios, mientras que 10 resultaron heridos y 90 siguen desaparecidos, señaló.
Los indonesios no tuvieron acceso libre a los hospitales para buscar a los indonesios heridos, indicó Lukman Hakim Saifudin, ministro indonesio de Asuntos Religiosos.
“El gobierno saudí tiene su propia regulación, tradición, cultura y procedimientos para tratar con estos casos”, dijo Saifudin desde La Meca. “Esto no nos ha concedido suficiente libertad en nuestros esfuerzos por identificar” a las víctimas, señaló.
Las autoridades saudíes han dicho que el desastre del pasado jueves comenzó cuando dos grandes grupos de peregrinos colisionaron en una calle estrecha de Mina, cerca de La Merca, en los últimos días del peregrinaje anual. Los sobrevivientes dicen que la gente se asfixió por el hacinamiento y en un momento dado empezaron a tropezar unos con otros, en la peor tragedia registrada en el haj en el último cuarto de siglo.
Irán, el gran rival de Arabia Saudí en la región, ha criticado al reino suní por el desastre, y en Teherán se han registrado protestas diarias ante la embajada saudí. Además, los medios estatales iraníes han insinuado que la cifra de muertos podría ser mucho mayor, sin ofrecer ningún dato.
Irán no permitirá que Arabia Saudí entierre a los peregrinos iraníes en La Meca, indicó el martes la televisión iraní citando al su viceministro de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian. Al menos 228 peregrinos iraníes murieron y 248 siguen desaparecidos, según la televisión estatal.
El presidente iraní, Hasan Ruhani, que el lunes criticó a Arabia Saudí por lo que describió como “incompetencia y mala gestión” del haj en la Asamblea General de Naciones Unidas, canceló sus actos previstos en Nueva York el martes para volver a Teherán.
En Pakistán, el Tribunal Supremo del país dijo haber recibido la petición de un ciudadano de que abriera una investigación sobre el desastre. Por el momento no se ha fijado una vista. Por su parte, el Ministerio paquistaní de Asuntos Religiosos señaló que al menos 44 de sus ciudadanos habían muerto y 35 sufrieron heridas en Mina.
El ministro egipcio de Cuestiones Religiosas, Mohamed Mojtar Goma, dijo a la agencia estatal Middle East News que entre los muertos en Mina había 74 ciudadanos egipcios y 98 personas seguían desaparecidas.
Unos dos millones de personas de 180 países hicieron el haj este año, aunque en los últimos años se han registrado más de 3 millones de peregrinos sin que se produjeran incidentes graves. A todos los musulmanes con buena salud se les exige realizar el peregrinaje de cinco días una vez en la vida, y cada año supone un enorme desafío logístico para el reino.
Este año también marcaba el primer haj supervisado por el rey Salman, que ostenta el título de “custodio de las dos mezquitas sagradas”, que da una gran importancia religiosa y prestigio a la monarquía en el mundo musulmán.
Pero los desastres comenzaron antes incluso de que arrancara el haj, cuando una grúa de construcción se estrelló contra la Gran Mezquita de La Meca el 11 de septiembre. Al menos 111 personas murieron en ese accidente.
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Gambrell informó desde Dubai, Emiratos Árabes Unidos. Los periodistas de Associated Press Amir Vahdat en Teherán, Irán; Munir Ahmed en Islamabad; y Maamoun Youssef en El Cairo contribuyeron a este despacho.
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Jon Gambrell está en Twitter como www.twitter.com/jongambrellap.