Es también el blanco de numerosas críticas de sectores que lo consideran una inversión demasiado costosa y poco redituable, que no resolverá los problemas del caótico tráfico de la capital, que en los últimos años se ha llenado de rascacielos.
Esas críticas, no obstante, no hacen mella en Martinelli, quien tiene una popularidad del 60% según las últimas encuestas y no se cansa de repetir que en su quinquenio se han realizado más obras físicas que en todas las administraciones de los últimos 50 años.
“Este es un proyecto que les arde a nuestra oposición, pero señores lo sentimos: el metro es una realidad y la próxima semana ya estará brindándole sus beneficios al pueblo citadino”, dijo esta semana al noticiario del canal local Telemetro el ministro de la Presidencia, Roberto Henríquez.
El metro costó 2.000 millones de dólares y cubrirá un recorrido de 13,7 kilómetros (8,5 millas).
“Es muy caro y no puede llegar a muchas personas”, sostiene Randal O’Toole, un experto del Cato Institute, una organización independiente de investigación de políticas públicas fundada en 1977 y con sede en Washington. “Por mucho menos dinero, Panamá podría tener un sistema de tránsito rápido de autobuses que podría llevar a más personas”.
El tren servirá solamente el eje norte-sur de la ciudad.
El costo final del metro será un 30% más alto que el costo licitado (1.447 millones) en octubre del 2010, según informes oficiales.
Martinelli, por otro lado, no ha dicho cuánto costará el billete. Se limitó a adelantar que costará menos de un dólar –cifra que sus detractores consideran poco realista– y ha dicho que el usuario no tendrá que abonar nada en los primeros meses de funcionamiento, en lo que sus opositores consideran una maniobra política con miras a las elecciones presidenciales del 4 de mayo.
La inauguración del metro coronará una gestión en la que Martinelli impulsó contra viento y marea multimillonarias obras de infraestructura viales y de trasporte al precio que fuese y que ayudaron a que la economía de este país de 3,4 millones creciera a un ritmo promedio de entre 10 y 8,0% en los últimos cinco años, colocándose de esta manera a vanguardia en América Latina.
Dotado de 19 trenes, cada uno con tres vagones, el sistema será capaz de hacer el recorrido completo en 23 minutos, cuando en autobús puede tomar más de una hora cruzar el embotellado centro de la capital.
El gobierno puso previamente en vigor una red de nuevos autobuses llamada Metrobús, pero el sistema genera a diario quejas y protestas entre los usuarios por las prolongadas demoras y las largas colas en las paradas.