La huelga de buses del martes renovó los temores por el transporte público y la seguridad en Río de Janeiro y las otras 11 ciudades sedes de los partidos del Mundial de Brasil 2014, que comienza en menos de un mes.
La semana pasada, los conductores de Río realizaron un paro de 24 horas y amenazaron con nuevas medidas de fuerza si no se les otorga un aumento salarial del 40%.
La cámara empresaria de las compañías de transporte dijo que una decena de autobuses fueron dañados por huelguistas que arrojaban piedras y han paralizado el tráfico con bbarricadas y manifestaciones.