El llamado huachicoleo es un delito muy grave en México, el cual le cuesta al país alrededor de 60 mil millones de pesos al año.
Este fenómeno se da cuando, en zonas alejadas a las ciudades, grupos criminales perforan las tuberías, que transportan de las refinerías a las Terminales de Almacenamiento y Reparto (TAR), para extraer casi 20% de producto.
Muchas veces las autoridades son cómplices, y así extraen petróleo crudo o líquido del gas para venderlo en el mercado negro.
En 2010 Pemex demandó a varias empresas en Estados Unidos que compraban líquido de gas que fue robado de la Zona de Burgos, en el noroeste de México.
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Estos actos no solo generan pérdidas económicas, también provoca explosiones y homicidios por el preciado líquido.
Durante la primera semana del 2019 al menos siete estados de la República Mexicana han registrado una grave escases de gasolina. Esto como consecuencia a una estrategia del gobierno federal para combatir a los grupos criminales dedicados al robo del combustible.
De acuerdo con la información oficial, el gobierno decidió cerrar los ductos en la zona de Salamanca, Guanajuato, para reparar las tuberías y evitar que los criminales sigan robando.
De igual forma, se implementó una estrategia para trasladar el combustible hasta las gasolineras. Para ellos se utilizarán pipas que viajan por carretera.
Expertos en el tema han indicado que el desabasto de gasolina pudo haberse evitado si, al cerrar los ductos, el gobierno federal hubiera tomado en cuenta las reservas de gasolina del TAR para suministrar el occidente del país.