Steven Assanti, de Cranston y quien actualmente se refiere a sí mismo como un “monstruo”, dijo que quiere inspirar a otros que luchan para bajar de peso.
El hombre de 33 años afirmó que es adicto a la pizza, siempre y cuando no tenga anchoas.
“Me encanta la comida. Siempre me encantó comer”, dijo el lunes a The Associated Press. “No pensé que me fuera a causar daño ni que me convirtiera en el monstruo que soy ahora. No me siento humano”.
Assanti habló la semana pasada con la televisora de Rhode Island WJAR-TV, después de que lo corrieran de un hospital en Rhode Island porque ordenó pizza.
Assanti quiere someterse a cirugía de bypass gástrico. Con una altura de 1,85 metros (seis pies, una pulgada) dijo que debe bajar a 250 kilos (550 libras) para ser candidato. Después de eso espera bajar a 80 kilos (180 libras).
Ahora internado en el hospital Kent en Warwick, Assanti dijo que consume un máximo de 2.000 calorías al día, toma antibióticos para una infección en la pierna y recorre los pasillos con una andadera para hacer ejercicio. Garabatea su nombre en un trozo de papel, una vieja costumbre, en caso de que un día la gente comience a pedirle su autógrafo.
Assanti dijo que no podía subir las escaleras en casa de su padre, así que pudo haber sido forzado a vivir en la parte trasera de la camioneta deportiva de su papá. Comentó sentirse “destrozado” y deprimido y sabía que tenía que hacer un cambio.
El hospital de Kent lo aceptó por un corto plazo después de que el hospital de Rhode Island lo corriera por ordenar pizza.
“Quiero hacer ese cambio, mostrarle a la gente el nuevo Steven”, dijo Assanti. “Quiero vivir una vida”.
“La pizza siempre estará ahí”, afirmó Assanti. “Pero yo no. Podría morir”.