Hollande se reunió esta semana con el presidente Barack Obama en Washington, donde los mandatarios se comprometieron a escalar los ataques aéreos al Estado Islámico e incrementar el intercambio de información. El grupo extremista se ha declarado responsable de los ataques en París, de un atentado en Beirut y el derribo de un avión ruso el 31 de octubre con una bomba sobre el Sinaí egipcio que mató a las 224 personas a bordo.
La tarea de Hollande se vio dificultada aún más cuando Turquía derribó un bombardero ruso en la frontera con Siria el martes. El incidente puso de relieve el complejo panorama militar en Siria, donde un enorme elenco de países y grupos rebeldes se enfrentan en la tierra y en el aire con coordinación mínima.
El presidente francés espera avanzar en tres aspectos prioritarios: impedir que el presidente sirio Basar Asad ataque civiles, concentrar las incursiones aéreas en los milicianos del Estado Islámico evitando la oposición siria moderada y avanzar hacia una transición política en Siria.
Francia también tratará de “evitar una escalada” entre Rusia y Turquía, de acuerdo con un funcionario diplomático francés que habló bajo la condición de anonimato debido a la confidencialidad del tema.
Antes de la reunión de Hollande con el presidente ruso Vladimir Putin, Francia trató de disipar los temores de que estaría dispuesta a ceder en materia de las sanciones contra Rusia por su política en Ucrania a cambio de la cooperación de Moscú en la lucha contra el Estado Islámico. El embajador francés en Washington, Gerard Araud, tuiteó el martes que “Hollande ha confirmado que se mantendrán las sanciones en tanto no se apliquen los acuerdos de Minsk”.
Araud aludía a los acuerdos de paz para Ucrania oriental elaborados en la capital de Bielorrusia en febrero.
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Nataliya Vasilyeva en Moscú y Raf Casert en Bruselas contribuyeron a este despacho.