Francois Hollande, el antiguo líder del Partido Socialista de 59 años, destacará los intereses compartidos de París y Washington en temas como la guerra civil de Siria, el programa nuclear de Irán y la lucha contra el terrorismo en África.
Empero, tendrá que encarar primero las sonrisas burlonas: Hollande atrajo los titulares y el ridículo el mes pasado en todo el mundo después de que una revista del corazón indicó que cruzaba París en una motocicleta y con el rostro cubierto con un casco para reunirse con su amante, la actriz francesa Julie Gayet (sin que lo supiera su primera dama).
Desde entonces se separó de Valerie Trierweiler, su compañera sentimental durante varios años y que no estará presenta en la cena de estado. Al parecer pasa ahora unas vacaciones en una isla del Océano Indico. Los franceses en gran medida no le hicieron mucho caso al amorío de su presidente por considerarlo un asunto privado, aunque siguieron los detalles en los medios de comunicación.
Sin embargo, los problemas políticos de Hollande son más graves. Los sondeos de opinión indican que su popularidad ha caído a niveles históricamente bajos. Uno de ellos dijo la semana pasada que menos de uno de cada cinco franceses confía en su liderazgo. Su consigna de 20 meses sobre la creación de empleo y crecimiento económico apenas ha dado resultados.
El acosado dirigente socialista podrá disfrutar de ciertos gestos simbólicos: Obama sigue siendo popular en Francia, y Francois Hollande recibirá una gran recepción reservada a los aliados de Estados Unidos más allegados. Hollande y Barack Obama ofrecerán el martes una conferencia de prensa y visitarán el Cementerio Nacional de Arlington en el 70mo aniversario del desembarco aliado en Normandía durante la Segunda Guerra Mundial.
La cena de estado no será la primera de Obama con tintes de drama. En el 2009 a una de ellas se sumaron dos personas que no habían sido invitadas. Otra fue cancelada el año pasado cuando la presidenta brasileña Dilma Rousseff canceló su viaje a Washington en protesta por el espionaje de su teléfono celular por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés).
Francia, una potencia nuclear con escaño permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, ha tenido en los últimos tiempos lazos más fuertes con Estados Unidos en defensa y diplomacia que en temas económicos y de seguridad nacional.