En un video mensaje dado a conocer este día por el Departamento de Justicia, Eric Holder anunció que este nuevo empuje para atacar la proliferación y consumo de esta droga combinará acciones policíacas con esfuerzos de tratamiento. A la vez renovó el llamado para que más policías del país incluyan el medicamento naloxone en sus implementos de primeros auxilios, dada su probada efectividad para el tratamiento inicial de estas adicciones.
“Cuando se trata de confrontar el problema del abuso de sustancias, tiene sentido enfocarse en los más peligrosos tipos de droga y en este momento pocas sustancias son más letales que los opiatos por prescripción y la heroína“, indicó.
Holder dijo que la adicción a la heroína y otros opiatos, incluyendo aquellos prescritos por médicos “está impactando las vidas de los estadounidenses en cada estado, en cada región y de todos los estratos sociales y con frecuencia con resultados letales”.
Reveló que entre 2006 y 2010 las muertes por sobredosis de heroína se incrementaron 45 por ciento y que la puerta a esta adicción es con frecuencia el abuso de medicinas por prescripción que contienen opiatos. Está claro que la adicción de opiatos resulta una urgente y creciente crisis de salud pública y por eso es que el Departamento de Justicia, la DEA y otras importantes agencias federales y líderes locales la están combatiendo agresivamente”, agregó.
Entre 1999 y 2010 las muertes por opiatos en Estados Unidos se triplicaron ante un mayor abuso de medicinas por prescripción y fácil acceso a drogas como la heroína, que tiene un precio bajo, de acuerdo a un reporte oficial dado a conocer en febrero pasado.
El reporte de la Oficina de Políticas para el Control de las Drogas de la Casa Blanca (ONDCP por sus siglas en inglés) reveló que las muertes por sobredosis con drogas y medicinas derivadas del opio crecieron 21 por ciento durante ese periodo.
La mayor parte de estas muertes se debieron a sobredosis con medicinas para el dolor, un problema que a decir del titular de la ONDCP, Girl Kerlikowske, está teniendo un impacto devastador en la salud pública y seguridad en comunidades a través del país.