Londres es una plaza clave para las inversiones de Rusia, y los compradores rusos han ayudado a inflar el mercado inmobiliario de la ciudad hasta alcanzar precios exorbitantes. De ahí la renuencia de las autoridades británicas a imponer sanciones que pudieran detener el flujo del dinero.
Un documento interno del gobierno fotografiado en manos de un asesor el lunes dice que Gran Bretaña “no debería apoyar ahora las sanciones comerciales… o cerrar el centro financiero a los rusos”, pero sí apoyar restricciones a los visados y prohibiciones de viajar.
El secretario del Exterior Willian Hague dijo que “no se debe considerar (el documento) una guía sobre las posiciones del secretario del exterior” ni las decisiones del gobierno. “Todas las opciones están sobre la mesa, tanto diplomáticas como económicas”, dijo Hague.
Los gobernantes de la Unión Europea prevén reunirse el jueves en Bruselas para analizar sus medidas. Preguntado en la Cámara de los Comunes si el gobierno congelaría bienes rusos en Gran Bretaña, Hague respondió que “debemos tener plena certeza jurídica al aplicar sanciones a individuos”.