La cifra no incluye cultivos, galpones, viviendas, la flora, ni la fauna desplazada o que no pudo escapar de las llamas. La excepción es un zorro culpeo bebé rescatado por voluntarios de la corporación forestal, aunque ya tenía sus cuatro patas quemadas, al igual que parte de su pelaje.
El zorro culpeo, de una especie que habita desde Colombia hasta Tierra del Fuego, en el extremo sur del continente americano, estaba sin sus padres, impactado, según el veterinario que lo atiende, Joel Gómez, quien lo hidrató, curó, y lo mantendrá en una incubadora hasta que lo dé de alta y lo devuelva a su hábitat. ¿A qué hábitat?, no se sabe, pues el suyo fue devastado.
La proliferación de incendios forestales en zonas del sur, centro sur y en el centro del país alertó a las autoridades, y el presidente Sebastián Piñera citó a una reunión extraordinaria el lunes por la tarde a los ministros de Salud, Transporte y Telecomunicaciones, Agricultura y de interior.
El ministro de Agricultura, Luis Mayol, dijo que actualmente hay 47 incendios forestales en el país, de los cuales la Corporación Nacional Forestal está combatiendo 18.
Añadió que hay “evidencias y presunciones” de que los siniestros han sido provocados intencionalmente, lo que está siendo investigado por las policías.
El director ejecutivo de la corporación forestal, Eduardo Vial, dijo que en comparación al 2013, este año hay un 75% más de siniestros, y respecto a la superficie, en 2014 han sido devastadas un 500% más de hectáreas. De momento, las hectáreas arrasadas bordean las 16.000.
Vial precisó que un millar de brigadistas de la corporación y 300 efectivos del ejército están combatiendo directamente los siniestros, y que hay personal de reserva disponible. “Se van apagando unos y van apareciendo otros”, agregó.
Estimó los daños en unos 100 millones de dólares, sólo en costo directo. “Si consideramos el daño ambiental, el daño a cultivos, casas, bodegas, puede aumentar… del orden de los 100 a 150 millones de dólares”, declaró a radio Cooperativa.
Una de las regiones más afectadas es la zona agrícola de Melipilla, 73 kilómetros al noroeste de Santiago, que aún no es controlado y que es el responsable del aire sucio que respiraron los santiaguinos el fin de semana. Por la tarde volvió a descontrolarse por un cambio en las condiciones climáticas.