En países con líderes populistas o autocráticos, “en lugar de atajar el capitalismo de influencias, estos líderes suelen instalar formas todavía peores de sistemas corruptos”, explicó Transparencia internacional en el Corruption Perceptions Index de 2016.
Hungría y Turquía son un ejemplo, dijo el director del grupo, José Ugaz. Sus valoraciones han empeorado en los últimos años bajo líderes con tendencias autoritarias, mientras que Argentina mejoró en la clasificación tras el final del gobierno de Cristina Fernández, agregó.
Basándose en las opiniones de expertos en corrupción en el sector público, el reporte anual calificó a Dinamarca y Nueva Zelanda como los países menos corruptos del mundo, por delante de Finlandia, Suecia, y Noruega. En el otro extremo de la balanza está Somalia, seguida de Sudán del Sur, Corea del Norte y Siria.
La lista de 10 países menos corruptos la completan Singapur, Holanda, Canadá y Alemania, Luxemburgo y Gran Bretaña, que cierran el grupo con un triple empate. Estados Unidos ocupa el puesto 18, frente al 16 de 2015.
Transparencia Internacional adoptó un enfoque de espera hacia la presidencia de Donald Trump, pero tiene “serias preocupaciones”, dijo a The Associated Press el director de investigación de la organización, Finn Heinrich.
“Donald Trump llegó al poder como la gente de Hungría y Turquía, con una boleta contra la corrupción. Dijo ‘Vamos a limpiar este cenagal”’, señaló Heinrich. “Pero si miran sus acciones hasta el momento, hay nepotismo (…) La gente en su gobierno tiene muchos conflictos de interés, no son personas que defienden la transparencia”.
El índice valora a los países en base a una serie de factores, como si los funcionarios del gobierno asumen responsabilidades o salen impunes de casos de corrupción; la percepción de la prevalencia del soborno y si las instituciones públicas responden a las necesidades de los ciudadanos.
Casi el 70% de los 176 países tienen una puntuación menor a 50 en una escala de hasta 100 donde cero significa que un país es visto como altamente corrupto y 100 supone una total transparencia.
“Este año, hubo más países que bajaron en el índice de los que mejoraron, lo que muestra la necesidad de acciones urgentes”, apuntó el reporte.
El país que registró una mayor caída en la clasificación fue Catar, que ha enfrentado críticas por supuestos abusos de derechos humanos que afectan a trabajadores migrantes de la construcción desde su elección como sede para el Mundial de la FIFA en 2022. Bajó 10 puntos, situándose en el puesto 31 de la lista, frente al 22 del año anterior.
Sin embargo, Heinrich dijo que el gobierno de Catar mostró en el pasado que está “dispuesto” a presentar batalla a la corrupción, y que Transparencia pediría a la nación más reformas fundamentales para asegurar una mayor libertad de expresión y de medios de comunicación, entre otras cosas.
“No se puede luchar contra la corrupción sin asumir responsabilidades y sin transparencia en todo el proceso público”, agregó.
Afganistán, un país habitual en la parte baja de la lista, fue el que más mejoró en 2016. Su puntuación en el índice de Transparencia Internacional subió cuatro puntos, aunque sigue en la posición 169, por delante de Libia, Sudán y Yemen.