El multimedios emitió un comunicado para precisar los alcances del “plan de adecuación” que deberá cumplir luego que la Corte Suprema de Justicia reconociera la semana pasada la constitucionalidad de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. “Pese a que seguiremos litigando, hemos decidido dividir la estructura actual del Grupo Clarín en seis unidades empresariales independientes, cuyas transferencias y titulares serán definidos a medida que avance el proceso de adecuación”, señaló.
En una primera empresa, Clarín incluirá tres canales de aire y uno de cable, seis de radio y 24 señales locales de televisión por cable en el interior de Argentina. Otra nueva firma manejará Cablevisión, que es el mayor proveedor de televisión por cable, y Fibertel, que otorga servicio de internet, más 24 licencias de televisión por cable, incluida una en Buenos Aires.
La tercera empresa tendrá 20 licencias de televisión por cable; la cuarta incluirá ocho canales de televisión por cable de producción propia; la quinta controlará licencias de radio FM en cuatro ciudades y la sexta dos canales de televisión en la provincia.
El escrito dejó en claro el poder de concentración de medios que todavía maneja el Grupo Clarín, lo que contradice el espíritu de la Ley de Medios que apunta a evitar que cualquier empresa controle más del 35 por ciento del mercado audiovisual.
Pese a que admitió que ahora sí debe ajustarse a la ley, Clarín no escatimó críticas en un largo comunicado en el que advirtió que se vio obligado “ante el avance ilegal y de facto que emprendió el gobierno en los últimos días”. “Esta es una decisión forzada por las circunstancias. Estamos convencidos de que en ningún país civilizado el Estado puede desconocer retroactivamente licencias que él mismo otorgó, que tienen varios años por delante”, denunció.
Agregó que “en ningún país democrático se hacen leyes con nombre y apellido; que discriminan brutalmente a un grupo por sobre sus competidores; que buscan quitarle viabilidad a los medios independientes; que censuran”. Esta decisión es también la menos deseada, advirtió, ya que contraría la estrategia histórica del Grupo Clarín “de mantener la necesaria integración y fortaleza para garantizar su independencia periodística”.